Ibrahimovic fue uno de los protagonistas del partido y esta vez no fue por anotar el gol de su equipo, sino por agredir a un rival.
El futbolista del PSG golpeó con el codo al jugador del Bayern David Alaba. El árbitro del partido solo indicó falta a favor de Austria y ni siquiera le enseñó una tarjeta amarilla. La acción quedó en una advertencia verbal.