Serena Williams es única. Hace unas horas, subía una imagen de ella envuelta en una toalla frente al espejo con una sencilla frase que era toda una declaración de intenciones: «seguid mi Instagram Stories hoy para ver cómo me preparo para la boda de mis amigos».
Tal cual. Una promesa que ha cumplido a rajatabla, porque desde entonces la sección de Historias de su cuenta ha sido un despliegue de mascarillas, maquillaje, trucos para pulir el peinado y demás gestos que forman parte de cualquier preparación de invitada. Pero lo que quizás no se esperaba es la velocidad a la que ha compartido de forma clara el look al completo (y con todo lujo de detalles).
Este 19 de mayo de 2018, para la boda de Meghan Markle y el príncipe Harry, la musculosa Serena se ha decantado por un vestido rosa claro que, sorprendentemente (teniendo en cuenta la contención de líneas y el tono), está firmado por Versace, tal y como la deportista ha contado gracias a una sencilla etiqueta en la imagen: tanto la marca como la propia Donatella están bien referenciados sobre la prenda de manga larga, falda a la rodilla, fruncido en la cintura y escote asimétrico.
Y, por si quedaba alguna duda, la diseñadora ha publicado una fotografía de Serena en su perfil personal de Instagram sosteniendo que está «espectacular«, signos de exclamación incluidos.
Para complementar el vestido, Serena ha lucido un tocado de tamaño medio y zapatos a juego, además de un collar dorado de Bvlgari.
Un look sencillo y que se antoja más que adecuado para una boda de amigos. Al fin y al cabo, eso es lo que son para Williams, ¿no?
