Hace apenas un par de años, a inicios de 2018, se conocía que los centros educativos en manos de la extrema izquierda eran un auténtico peligro.
Las alarmas saltaron tras conocerse que Pedro Santisteve, alcalde de Zaragoza, ‘el alcalde de la gomina’, utilizaba el dinero público para que se enseñara a los jóvenes cómo drogarse con seguridad. Algo muy importante, como todo el mundo sabe.
Se trataba de una campaña que incluía la distribución de folletos y además una subvención de 3.400 euros para que esto se explicara en las escuelas de esta ciudad española: estos recursos estaban destinados a ‘Dos Dedos de Frente’, la asociación de Javier Sánchez Arroyo y Consumo Conciencia, autores del proyecto que impulsó el nacimiento del famoso folleto.
Por si fuera poco, el folleto fue editado a través de la oficina pública del Plan Integral del Casco Histórico (PICH), y promovido por la entidad Consumo Conciencia.
La medida fue conocida por la polémica que despertó, y la propia Irene Montero, hoy ministra de Igualdad, la apoyaba diciendo que el folleto era «positivo» y «bueno», además de afirmar que «hay gente que habla de medicamento cuando una sustancia se usa en beneficio de la salud, y sin embargo, habla de drogas cuando se usa en beneficio de la diversión, pero en realidad son lo mismo, son sustancias que generan cambios en el cuerpo».
Si a esto le añadimos la idea de la ministra Isabel Celaa, que afirmó que «los hijos no son propiedad de los padres», esto ya es una bomba de tiempo.
Es probable que si ahora se pretende enseñar a los adolescentes, con charlas por todas España, cómo drogarse con seguridad, la mayoría de los padres querrá contar con el «Pin Parental» para que ese día sus hijos se queden en casa.
