LA CONVERSACIÓN DE MAS DE UNA HORA DE DOS LEYENDAS DEPORTIVAS DE LOS '90

Rodman y Tyson en una charla sin precedentes: sexo, intentos de suicidio, fumar sapos, Donald Trump y Kim Jong-un

"Traté de tener sexo toda la noche antes de un partido. No salió demasiado bien".

Rodman y Tyson en una charla sin precedentes: sexo, intentos de suicidio, fumar sapos, Donald Trump y Kim Jong-un
Dennis Rodman y Mike Tyson.

Mike Tyson y Dennis Rodman lo han vuelto a hacer, en un diálogo de más de una hora no ha dejado ningún desperdicio.

Ambas súper estrellas de los años 90 decidieron conversar largo y tendido, para recordar sus hazañas y también hablar de su presente en el podcast Hotboxing, dando como fruto, el mejor de sus episodios.

Se trata de dos de las personalidades más excéntricas de los Estados Unidos y del deporte mundial, ambos protagonizaron innumerables escándalos, y aunque han pasado muchos no han perdido su esencia y siguen dando de qué hablar.

Ahora que «The Last Dance» es la producción que trae de cabeza a los fanáticos de Netflix, la exestrella que alcanzó la fama mundial al lado de Michael Jordan, resaltó sus inicios y los comparó con los de Tyson, recordando que ambos salieron de barrios bajos y tuvieron que luchar contra la crudeza de las calles para convertirse en glorias deportivas: «Los más jóvenes ahora pueden saber los sacrificios que tuvimos que hacer para triunfar»… Si te abandonan desde temprano, cuando tienes entre 12 y 14 años, sientes que perdiste y que tienes solo dos direcciones: ir a la cárcel o morir”.

Tyson afirmó que él siempre admiró a Rodman: «Tipos como él cambiaron el reglamento. Las reglas fueron cambiadas por cosas que hacías con los Pistons. Hoy en día se juega de determinada manera gracias a ti. Hoy en día hay muchos profesionales que no hubiesen podido jugar en tu época».

«Por eso respetamos a Jordan, porque no podían vencer a ese maldito en ese tiempo. Era el tipo contra el que no podías combatir porque siempre te vencía. Michael es un maldito hijo de perra», reconoció el expúgil, al recordar el juego duro que exhibían los Pistons de Detroit, equipo del que salió Rodman y que aplicaban estrategias defensivas que ningún arbitraje de hoy permite.

Rodman resaltó que su forma de jugar estaba ligada a su ambición por la gloria, no por el dinero: «Es emocionante cuando tienes ese fuego interno en cualquier deporte. Y la gente siempre destaca por ejemplo que yo tenía ese deseo de ganar, a mi no importaba el costo. Yo hacía el trabajo sucio, no me importaba. Al final del día ese anillo (de campeón) era lo más importante».

Pero además del inmenso talento, el excampeón con los Pistons y los Bulls no paraba de hacer locuras, y no de todas las ha confesado: «Lo hice dos veces en mi vida y nunca supe que esto te arruinaba cuando jugabas un partido. Traté de tener sexo toda la noche antes de un partido. No salió demasiado bien. El entrenador me dijo en el primer cuarto, iban solo 7 minutos, ‘Dennis, tengo que hablar contigo, una vez que te tomas la noche libre… sé lo que hiciste anoche'».

Tyson aseguró que él jamás lo hizo, aunque varios de sus colegas solían disfrutar de una noche de pasión antes de sus combates: «Decían que sin eso no podían rendir en el cuadrilátero».

Lo mejor de la charla llegaría cuando el excampeón de los pesados se fumaba un cigarrillo de marihuana y su invitado un habano y ambos recordaron entre risas uno de sus encuentros:

«Un día estoy en la pileta del Mirage (hotel de Las Vegas) y tuve la idea de ir de compras. Fuimos al centro comercial y decidí ir a Versace para comprar cosas sin razón. Entonces me dicen que Mike Tyson estaba allí y yo dije que estaba bien, pero entonces empezaron a sacar a toda la gente porque estaba Mike. Yo en ese momento era un don nadie. Entonces estábamos con mi amigo, un petiso blanco con anteojos, mientras Mike estaba probándose unos trajes. Y mi amigo no tiene mejor idea que ir directamente hacia Mike y le dice ‘Ey ¿como estás?’. Mike se dio vuelta y literalmente le dio una cachetada. No fuerte, sino un golpecito. Entonces, vino hacia mí y me dijo ‘Te amo, pero voy a matar a ese malnacido que esta justo allí'».

Más allá de las risas, Rodman admitió que al estar retirado le cuesta ocupar su mente y muchos fantasmas del pasado lo aquejan. Es por eso que no mira documentales sobre los Bulls o sobre cualquier cosa en el que se lo mencione, ya que de inmediato le nacen cuestionamientos sobre sus viejas actitudes. Es así que hace tiempo tiene una peligrosa idea: «Quiero ir a un aeropuerto, tomarme un avión, subir hasta 10 mil pies de altura y lanzarme sin paracaídas. Esto es cierto, lo estuve hablando los últimos dos meses. Entonces mirar a los ojos a Dios y ver toda mi vida en un flash ante mi. Si existiera un Dios, alguien me pondría una mano para sostenerme y decirme ‘Dennis tienes más por qué vivir, no morirás hoy maldito'».

Esta confesión preocupó a Tyson, quien le explicó que eso no está bien y le propuso algo: «¿Has probado alguna vez un sapo?». Esa frase destaparon carcajadas en el exbasquetbolista quien no entendía de qué le hablaban. Claro, el excampeón de los pesados contó hace algunas semanas que fumó el veneno de un anfibio que, según él, le limpió el alma. Sin embargo, El Gusano rechazó su propuesta y admitió que le da algo de miedo probar ese tipo de drogas.

También salió a relucir la amistad de Rodman con el dictador norcoreano Kim Jong-un a quien conoció en un encuentro de exhibición realizado en la nación asiática. Según recordó, el invitado iba a ser Jordan, pero por alguna razón se bajó y él fue en su lugar.

Lo más llamativo es que para entonces no conocía al mandatario y cuando llegó al recinto en donde debía disputarse el partido, se topó con él: «22.000 norcoreanos se ponen de pie y comienzan a aplaudir. Entonces saludo y alguien me dice: ‘No es para ti, eso es para él’ y señala a Kim Jong-un. Le pregunté ‘¿Quién es ese tipo?’ y me dijeron ‘nuestro líder».

Después de eso pasaron juntos una noche de juerga: «Lo siguiente que recuerdo es que estamos cenando y estamos muy borrachos, él comienza a cantar karaoke y no tengo idea de qué demonios está diciendo. Todo el mundo comienza a aplaudir y luego sale una banda de 18 chicas hermosas y estas chicas eran geniales, pero solo tocaron una canción. Solo una jodida canción. Fue el tema de Dallas'». Antes de partir, el dictador le pidió que regrese cuando guste y Rodman le puso como condición que esas mujeres se aprendiesen canciones de los Rolling Stones y de Pearl Jam entre otras: «Cuando regresé, cantaron las 7 canciones que le había dicho».

Desde entonces, ambos se han hecho amigos y el exdeportista explicó que esto está vinculado a que no se mete en política, al igual que lo hace con Donald Trump: «Donald amo tus campos de golf, amo a tu esposa, a tu hija, creo que haces un buen trabajo. No me meto en eso, a mi me gustaba cuando salíamos en Miami y jugábamos al golf, es un amigo mío. Me gusta Donald».

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