El pasado 17 de abril de 2025, el Tribunal Supremo británico emitió un fallo histórico que ha sacudido los cimientos del deporte femenino en Reino Unido.
La máxima instancia judicial del país dictaminó por unanimidad que los términos «mujer» y «sexo» en la ley de igualdad de 2010 se refieren exclusivamente a una mujer biológica y al sexo biológico, no al género con el que una persona se identifica.
Esta decisión, que pone fin a una disputa legal iniciada en 2018 por la asociación «For Women Scotland» contra el gobierno escocés, está teniendo ya importantes consecuencias en diversos ámbitos, incluyendo el fútbol femenino y el acceso a instalaciones deportivas como vestuarios y baños.
Un cambio de paradigma en el deporte británico
La sentencia del Tribunal Supremo ha provocado una revisión inmediata de las normativas que rigen las competiciones deportivas femeninas en todo el Reino Unido. La Federación Inglesa de Fútbol (FA), que hasta ahora mantenía una política relativamente inclusiva respecto a la participación de mujeres transgénero, se ha visto obligada a reconsiderar sus reglamentos para alinearlos con la nueva interpretación legal.
Sarah Thompson, capitana del Arsenal Women, declaró ayer en rueda de prensa: «Estamos viviendo un momento de incertidumbre. Muchas jugadoras están preocupadas por cómo estos cambios afectarán a compañeras que han competido con nosotras durante años». Esta preocupación refleja el sentir de numerosas deportistas que ven cómo el panorama competitivo podría transformarse radicalmente en los próximos meses.
Los clubes de la Women’s Super League, la máxima categoría del fútbol femenino inglés, han comenzado a implementar nuevos protocolos de verificación basados exclusivamente en el sexo biológico, lo que ha generado tensiones en algunos equipos donde militaban jugadoras transgénero. El Manchester City Women ya ha anunciado la revisión de su plantilla para la próxima temporada, mientras que el Chelsea FC Women ha emitido un comunicado solicitando un periodo de transición que permita adaptar sus estructuras a la nueva realidad legal.
Instalaciones deportivas: el debate de los espacios segregados
Uno de los aspectos más controvertidos del fallo judicial concierne al uso de instalaciones segregadas por sexo, como vestuarios y baños en recintos deportivos. Hasta ahora, muchos centros deportivos británicos permitían el acceso a estos espacios basándose en la identidad de género autodeclarada, especialmente si la persona contaba con un certificado de reconocimiento de género (GRC).
El Wembley Stadium, emblemático recinto del fútbol inglés, ha sido uno de los primeros en anunciar cambios en su política de acceso a vestuarios y baños. A partir del 1 de junio, todas las instalaciones segregadas por sexo serán de uso exclusivo según el sexo biológico, independientemente de la identidad de género de la persona. Esta medida ha sido recibida con alivio por algunas deportistas y con indignación por colectivos de defensa de los derechos LGTB+.
La organización Stonewall, una de las principales defensoras de los derechos LGTB+ en Europa, ha expresado su «profunda preocupación por las consecuencias muy amplias de la decisión» judicial. En un comunicado emitido esta semana, han advertido que estas medidas podrían suponer un retroceso significativo en la inclusión de personas transgénero en el ámbito deportivo.
Implicaciones para las ligas juveniles y formativas
El impacto de esta sentencia se está dejando sentir con especial intensidad en las categorías juveniles y formativas del fútbol femenino británico. La Football Association of Wales (FAW) ha sido la primera en publicar nuevas directrices específicas para sus competiciones juveniles, estableciendo que todas las participantes deberán competir exclusivamente en la categoría correspondiente a su sexo biológico.
Esta medida ha generado situaciones complicadas para algunas jóvenes deportistas transgénero que ya estaban integradas en equipos femeninos. El caso de Emma R., una joven futbolista de 16 años de Cardiff que llevaba tres temporadas jugando en categoría femenina, ha saltado a los medios tras verse obligada a abandonar su equipo. «He perdido no solo la oportunidad de jugar, sino también a mis compañeras y amigas», declaraba visiblemente emocionada a un medio local.
Las escuelas con programas deportivos también están adaptando sus protocolos. El Millfield School, uno de los centros educativos con mayor tradición deportiva del país, ha anunciado la creación de un comité especial para estudiar cómo implementar los cambios sin vulnerar los derechos de sus estudiantes.
Reacciones divididas en el mundo del fútbol
La comunidad futbolística británica se encuentra profundamente dividida ante estos acontecimientos. Figuras relevantes como Kelly Smith, ex-internacional inglesa y leyenda del Arsenal, ha manifestado su apoyo al fallo: «El deporte femenino necesita protección para garantizar la competición justa. Esta decisión judicial reconoce las diferencias biológicas que afectan al rendimiento deportivo».
En el lado opuesto, Emma Hayes, exitosa ex-entrenadora del Chelsea Women y actual seleccionadora de Estados Unidos, ha expresado sus reservas: «Necesitamos encontrar un equilibrio entre la competición justa y la inclusión. No podemos simplemente cerrar las puertas a personas que han formado parte de nuestro deporte durante años».
Los sindicatos de futbolistas también han entrado en el debate. La Professional Footballers’ Association (PFA) ha solicitado a la FA la creación de un grupo de trabajo específico que estudie cómo implementar los cambios derivados de la sentencia judicial minimizando el impacto negativo en las deportistas afectadas.
El contexto legal de una decisión histórica
Para entender la magnitud de este cambio, es necesario profundizar en los detalles del fallo judicial. El litigio que ha desembocado en esta sentencia enfrentaba desde 2018 al gobierno escocés, firme defensor de los derechos de las personas transgénero, y a la asociación «For Women Scotland».
La disputa giraba en torno a la interpretación de la ley británica de Igualdad de 2010. Para el gobierno escocés, si una mujer transgénero obtenía un certificado de reconocimiento de género tras su transición (GRC), debía ser considerada como mujer y tener derecho a acceder a las mismas «protecciones que las que fueron declaradas mujeres al nacer». Sin embargo, la asociación «For Women Scotland» defendía que la norma se basaba exclusivamente en el sexo biológico.
Los cinco magistrados del Tribunal Supremo han sido tajantes en su decisión: «La decisión unánime de este Tribunal es que los términos ‘mujer’ y ‘sexo’ en la ley de igualdad de 2010 se refieren a una mujer biológica y a un sexo biológico». No obstante, han matizado que este fallo no rebaja las protecciones contra la discriminación de las que gozan las mujeres transgénero.
Perspectivas de futuro para el fútbol femenino británico
A medida que clubes, federaciones e instituciones deportivas se adaptan a esta nueva realidad legal, surgen interrogantes sobre el futuro del fútbol femenino en Reino Unido. La FA ha anunciado la creación de una comisión especial que estudiará durante los próximos seis meses cómo implementar definitivamente estos cambios en todas sus competiciones.
Una de las propuestas que está ganando fuerza es la creación de una categoría específica para deportistas transgénero, aunque esta iniciativa ha sido recibida con escepticismo por parte de algunos colectivos que la consideran potencialmente segregadora.
El impacto internacional de esta decisión también está siendo significativo. La FIFA y la UEFA están siguiendo de cerca estos acontecimientos, conscientes de que podrían sentar un precedente para otras federaciones europeas y mundiales. De momento, ambos organismos han evitado pronunciarse oficialmente, a la espera de ver cómo evoluciona la situación en Reino Unido.
Curiosidades sobre el debate del sexo biológico en el deporte
- Desde la implementación del sistema de certificados de reconocimiento de género (GRC) en 2004, aproximadamente 8.500 personas han obtenido este documento en Reino Unido.
- La primera futbolista transgénero en jugar en la Women’s Super League lo hizo en la temporada 2018-2019, aunque su identidad se mantuvo en el anonimato por decisión propia.
- El Comité Olímpico Internacional modificó sus directrices sobre la participación de atletas transgénero en 2021, eliminando los requisitos de niveles de testosterona y dejando la decisión final a cada federación deportiva.
- La Federación Internacional de Natación (FINA) fue una de las primeras en adoptar una postura restrictiva en 2022, prohibiendo la participación de mujeres transgénero que hubieran pasado por la pubertad masculina en competiciones femeninas.
- Un estudio reciente de la Universidad de Birmingham reveló que el 68% de las deportistas profesionales británicas consultadas apoyaban algún tipo de restricción para la participación de mujeres transgénero en categorías femeninas, mientras que un 22% defendía la inclusión total.
- El caso más mediático en el fútbol británico fue el de Lucy Clark, quien en 2018 se convirtió en la primera árbitra transgénero en dirigir un partido oficial, aunque en su caso, al ser árbitra y no jugadora, no se vería afectada directamente por la nueva interpretación legal.