NUEVAS REGLAS Y POLÉMICA EN EL BOXEO FEMENINO

Imane Khelif, la boxeadora argelina que pega como un tío, obligada a someterse a un test de sexo antes del Eindhoven Box Cup

El caso de Imane Khelif reabre el debate global sobre las políticas de género en el deporte y la creciente oposición a la inclusión de atletas transgénero en categorías femeninas

Imane Khelif
Imane Khelif PD

A 31 de mayo de 2025, el mundo del boxeo femenino vuelve a estar sacudido por la controversia.

Imane Khelif, campeona olímpica argelina y figura central en los últimos Juegos de París, ha sido excluida temporalmente de la Eindhoven Box Cup y de cualquier competición bajo el paraguas de World Boxing hasta que supere un test genético obligatorio para certificar su sexo.

La medida, anunciada apenas a días del torneo holandés que se celebrará del 5 al 10 de junio, ha provocado reacciones inmediatas tanto dentro como fuera del cuadrilátero, reavivando debates sobre equidad, inclusión y seguridad en el deporte.

La decisión no es un hecho aislado. Responde a la reciente implantación por parte de World Boxing de una política global que exige pruebas genéticas (PCR) para determinar el sexo biológico de los participantes en competiciones internacionales.

Según el comunicado oficial, este protocolo busca «salvaguardar la salud y la seguridad» de todos los deportistas, especialmente ante los riesgos inherentes al boxeo olímpico y profesional.

Antecedentes: polémica, exclusiones y demandas

La figura de Imane Khelif ya estaba rodeada de polémica desde los Juegos Olímpicos. En París fue descalificada por la International Boxing Association tras no superar un test de elegibilidad de género. El presidente de la IBA llegó a afirmar que existían pruebas no publicadas que acreditaban que Khelif tenía cromosomas XY, lo que supondría una ventaja competitiva injusta frente a otras mujeres boxeadoras. La controversia escaló cuando su victoria en semifinales llevó al abandono entre lágrimas de su rival italiana Angela Carini, quien alegó sentirse superada físicamente.

Las críticas se multiplicaron. Personalidades políticas —incluido el expresidente Donald Trump— utilizaron el caso para cargar contra el COI y sus políticas inclusivas. El propio Thomas Bach defendió entonces la participación de Khelif, amparándose en las reglas vigentes sobre elegibilidad de género. La boxeadora, mientras tanto, denunció acoso y “ciberhostigamiento agravado” ante los tribunales franceses.

Un cambio global: nuevas reglas y justificaciones

La introducción del test genético obligatorio es solo la punta del iceberg. Según World Boxing, todas las personas mayores de 18 años deberán someterse a una prueba PCR capaz de detectar el gen SRY, marcador inequívoco del cromosoma Y. El objetivo declarado es doble:

  • Garantizar condiciones equitativas para hombres y mujeres.
  • Proteger la integridad física en un deporte con alto riesgo lesivo.

La medida llega tras meses de debate interno y consulta con expertos médicos internacionales. World Boxing subraya que habrá procesos de apelación para quienes resulten afectados por un resultado adverso. Sin embargo, subyace un trasfondo innegable: el temor a que las diferencias biológicas supongan una ventaja insalvable en deportes de contacto.

El efecto dominó: exclusión e impacto social

El caso Khelif no es único ni aislado. La creciente preocupación por la presencia de atletas transgénero o con diferencias en el desarrollo sexual (DSD) en competiciones femeninas ha generado una cascada regulatoria. Países como Estados Unidos han promulgado leyes o directrices para excluir a mujeres transgénero de deportes femeninos. Las federaciones internacionales se debaten entre presiones opuestas: proteger la equidad y no vulnerar los derechos humanos.

Estos cambios han tenido consecuencias directas sobre deportistas transgénero e intersexuales. Casos recientes muestran cómo atletas han sido apartadas o forzadas a competir en categorías masculinas pese a no haber experimentado nunca una pubertad típica masculina —lo que cuestiona la supuesta “ventaja biológica” universalmente atribuida. El debate se reproduce también en otras disciplinas como esgrima, donde protestas abiertas y boicots han sido sancionados con expulsiones inmediatas.

El debate: inclusión versus “ventaja biológica”

El argumento más recurrente entre quienes defienden las nuevas reglas es el riesgo físico y la necesidad de igualdad competitiva. Sin embargo, organizaciones internacionales y colectivos LGBTIQ+ alertan sobre los efectos discriminatorios y estigmatizantes para las atletas racializadas o procedentes del Sur Global. Muchas deportistas han sido objeto —de forma desproporcionada— de verificaciones invasivas solo por no encajar en los cánones normativos occidentales.

El movimiento feminista está profundamente dividido. Mientras algunas voces insisten en proteger el deporte femenino tradicional, otras consideran estas medidas una regresión basada en prejuicios más que en ciencia sólida.

Pronósticos: ¿y ahora qué?

A falta de menos de una semana para el Eindhoven Box Cup, Imane Khelif sigue fuera del cartel hasta resolver su situación mediante el test genético impuesto por World Boxing. Si lo supera según los nuevos estándares, podría volver al ring; si no, su futuro competitivo quedaría gravemente comprometido.

Las casas de apuestas han retirado las cuotas relacionadas con su posible victoria hasta que se aclare su elegibilidad. Mientras tanto, otras federaciones deportivas observan con lupa este precedente que podría marcar tendencia a nivel internacional.

En paralelo, voces críticas advierten del efecto desmoralizador sobre jóvenes deportistas trans e intersexuales que ven limitadas sus opciones deportivas por normativas cada vez más restrictivas.


Curiosidades sobre Imane Khelif y el debate actual

  • Imane Khelif ha anunciado su intención firme de competir en los Juegos Olímpicos Los Ángeles 2028 pese a las trabas actuales.
  • Tras su exclusión anterior en París 2024, Khelif demandó judicialmente por acoso digital e insultos recibidos tras hacerse pública su situación.
  • El test PCR empleado detecta específicamente el gen SRY presente habitualmente en personas con cromosoma Y.
  • Varias encuestas recientes reflejan un aumento significativo del rechazo social hacia la inclusión automática de atletas transgénero en categorías femeninas.
  • En otros deportes como atletismo o natación ya existen límites hormonales o requisitos quirúrgicos para atletas trans e intersexuales.
  • Los procesos legales derivados suelen ser largos y costosos; muchas deportistas acaban abandonando antes incluso del fallo definitivo.
  • Las federaciones deportivas están divididas entre mantener criterios científicos estrictos o priorizar enfoques inclusivos y respetuosos con la diversidad.
  • Curiosamente, buena parte del debate se centra en deportes minoritarios mientras otros grandes espectáculos —como fútbol masculino— apenas han afrontado casos similares.

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