El Allianz Arena de Múnich vivió este 8 de junio de 2025 una de esas noches que quedan marcadas en la memoria colectiva del fútbol europeo. Portugal volvió a coronarse campeona de la UEFA Nations League tras doblegar a una España valiente y competitiva, pero que, como ya es tradición reciente, volvió a quedarse con la miel en los labios. El título se decidió desde el punto fatídico tras un 2-2 vibrante que mantuvo a los aficionados en vilo hasta el último suspiro.
La final prometía mucho y no defraudó. Dos selecciones con estilos contrastados, generaciones enfrentadas y el eterno morbo: ¿sería el último baile internacional de Cristiano Ronaldo? ¿Emergería una nueva estrella española, como Lamine Yamal, para heredar la corona del fútbol continental? El guion no escatimó en drama.
Historic 🏆🏆#NationsLeague pic.twitter.com/JVS929Vixn
— UEFA EURO (@UEFAEURO) June 8, 2025
La última frontera para España
España llegaba a esta final con el objetivo de confirmar su regreso a la élite absoluta tras años de transición. La generación de Pedri, Gavi, Nico Williams y compañía había ilusionado al país con un fútbol fresco y ofensivo. Sin embargo, enfrente estaba una Portugal curtida, dirigida por el pragmático Roberto Martínez, y liderada por un Cristiano Ronaldo que, a sus 40 años, se resistía a abandonar el escenario grande.
El recorrido hasta Múnich había sido exigente para ambos. España eliminó a Francia con solvencia, mientras Portugal se deshizo de Alemania. Las apuestas daban un ligero favoritismo a los lusos por experiencia, pero nadie descartaba la sorpresa española. Los técnicos apenas tocaron sus onces tipo, apostando por la continuidad y las certezas.
Un partido eléctrico: intercambio de golpes
El choque arrancó con intensidad y alternancia en el dominio. Pronto se adelantó España gracias a un gol oportunista de Martín Zubimendi (minuto 21), que supo aprovechar un rechace suelto tras una jugada embarullada dentro del área portuguesa. La reacción lusa no se hizo esperar: Nuno Mendes igualó la contienda apenas cinco minutos después con un cabezazo imparable (minuto 26), demostrando que los laterales portugueses también tienen gol.
Lejos de amilanarse, España volvió a golpear justo antes del descanso con una diana de Mikel Oyarzabal (minuto 45), culminando una jugada coral digna del mejor tiqui-taca. Pero si algo caracteriza a este Portugal es su capacidad para sobrevivir al límite y renacer cuando parece más débil. Así lo demostró nuevamente su eterno capitán: Cristiano Ronaldo apareció en el minuto 61 para poner las tablas (2-2) tras rematar con oficio un centro templado de Bernardo Silva.
🕺✨#FazHistória | #NationsLeague pic.twitter.com/R2ONDEPypG
— Portugal (@selecaoportugal) June 8, 2025
Prórroga sin dueño y penaltis dramáticos
Con empate al término del tiempo reglamentario, la final se fue a una prórroga cargada de nervios y respeto mutuo. Ninguno quiso arriesgar más de la cuenta; las piernas pesaban y los entrenadores miraban ya hacia los lanzadores desde los once metros.
En la tanda de penaltis, Portugal fue más certera, mostrando sangre fría y experiencia. El momento fatídico llegó cuando Álvaro Morata, señalado por episodios previos con la selección, falló su lanzamiento decisivo. El error condenó a España y elevó al cielo europeo a los lusos, que sellaron así su segundo título en esta competición emergente.
“Cuando Lamine Yamal nació, Cristiano Ronaldo ya había jugado 46 veces con Portugal. Hoy compartieron escenario en Múnich. Así es como la historia se escribe delante de nuestros ojos.”
Claves tácticas y nombres propios
La final fue también un pulso táctico entre dos seleccionadores que apostaron por mantener su filosofía:
- España dominó posesión y ritmo durante buena parte del encuentro, pero le costó transformar ese control en ocasiones claras durante los momentos clave.
- Portugal optó por esperar sus oportunidades, aprovechar transiciones rápidas y confiar en la pegada de sus referentes ofensivos.
- El duelo entre generaciones quedó patente: mientras Ronaldo ejercía de líder veterano –y decisivo–, jóvenes como Lamine Yamal o Nico Williams mostraban destellos de calidad aunque sin culminar.
Reacciones: entre resignación española y euforia lusa
La derrota dejó tocado al vestuario español, especialmente a Morata, protagonista involuntario por su fallo desde los once metros. El seleccionador español valoró el esfuerzo colectivo pero lamentó “la falta de acierto en momentos cruciales”. Por su parte, Cristiano Ronaldo pidió “no cargar presión sobre las jóvenes promesas” españolas e instó al público a “disfrutar del talento emergente”.
En Portugal estalló la alegría: jugadores como Bernardo Silva o Bruno Fernandes destacaron “la resiliencia” del grupo y dedicaron el triunfo a todo el país.
Pronóstico futuro: ¿nueva era lusa o redención española?
El triunfo portugués consolida una generación acostumbrada a competir al máximo nivel, incluso mientras rejuvenece piezas clave alrededor del eterno CR7. La incógnita ahora es si Ronaldo dirá adiós con este trofeo o buscará un último baile en el Mundial.
Para España queda el sabor amargo pero también motivos para la esperanza: el talento joven sigue creciendo y tarde o temprano esa mezcla entre experiencia e irreverencia debería cuajar en títulos.
Las casas de apuestas sitúan ya a ambas selecciones entre las favoritas para el próximo gran torneo internacional. Habrá revancha… pero hasta entonces Portugal reinará en Europa.
Curiosidades del partido y protagonistas
- Cristiano Ronaldo suma otro título internacional… ¡a los 40 años!
- Lamine Yamal disputa su primera gran final internacional… quince años después del debut profesional de CR7.
- Morata suma otro capítulo trágico con La Roja desde el punto fatídico.
- Nuno Mendes marcó su primer gol oficial con Portugal justo en la final.
- Los porteros Diogo Costa (Portugal) y Unai Simón (España) fueron claves durante la tanda.
- Es la segunda Nations League que conquista Portugal desde que se instaurara el torneo.
- La final reunió espectadores récord ante las pantallas gracias al morbo generacional Ronaldo-Yamal.