Una caja de sorpresas.
La imagen de Carlos Alcaraz haciendo malabares con pelotas antes de saltar a la pista se ha convertido en una postal habitual durante esta edición de Wimbledon.
Lo que parecía una excentricidad o simple pasatiempo, es en realidad una parte fundamental de su innovador proceso de calentamiento.
El joven murciano ha elevado el arte del juggling a una herramienta indispensable para afinar reflejos, coordinación y concentración antes de cada batalla.
Mientras muchos jugadores siguen apostando por los estiramientos tradicionales y los sprints cortos en pista, Alcaraz ha encontrado en el malabarismo un recurso que le diferencia del resto y le ayuda a conectar cuerpo y mente antes del primer saque.
Si alguien duda de su eficacia, basta con repasar su impresionante racha: 19 victorias consecutivas en el circuito y un dominio absoluto sobre la hierba londinense.
Carlos Alcaraz hits one of the most absurd volleys you’ll ever see.
Barely drops over the net.
Perfect angle.
To have so much control over a drop volley struck from the service box is just ridiculous.
Roberto Bautista Agut can’t help but laugh. 😂
— The Tennis Letter (@TheTennisLetter) June 21, 2025
Origen y evolución del método Alcaraz
Lejos de ser una ocurrencia reciente, el interés de Alcaraz por los malabares viene de atrás.
Durante su formación juvenil ya incorporaba ejercicios poco convencionales para potenciar habilidades cognitivas y psicomotrices. En 2024, su rutina fue captada por las cámaras durante los Juegos Olímpicos de París, donde asombró no solo por su tenis, sino también por la soltura con la que manejaba tres pelotas en el aire ante la atenta mirada del equipo español.
El salto cualitativo llegó cuando sus preparadores físicos comprobaron que este ejercicio mejoraba notablemente sus tiempos de reacción y su capacidad para anticipar movimientos rivales. Desde entonces, el juggling es tan innegociable como las series de abdominales o los desplazamientos laterales. La ciencia respalda este enfoque: estudios recientes avalan que este tipo de ejercicios favorecen la neuroplasticidad y la rapidez mental, aspectos clave para un deporte tan vertiginoso como el tenis.
“El malabarismo me ayuda a entrar en modo competición. Me obliga a estar presente, a no pensar en nada más que en las pelotas y mis manos. Es como un ‘reset’ mental antes del partido”, explicaba Alcaraz con una sonrisa durante una entrevista tras su victoria ante Fognini.
El ritual en Wimbledon: más que espectáculo
No hay calentamiento suyo sin ese instante mágico: tres pelotas vuelan entre sus manos mientras decenas de móviles capturan la escena desde las gradas. Más allá del show —y del inevitable runrún entre los puristas—, esta rutina cumple funciones muy concretas:
- Mejora la coordinación óculo-manual, esencial para devolver bolas a más de 200 km/h.
- Afina los reflejos bajo presión.
- Potencia la concentración y reduce el estrés prepartido.
- Sirve como anclaje psicológico: repetir siempre el mismo gesto le conecta con sensaciones positivas.
En palabras del propio Alcaraz: “No es solo para divertirme. Me siento más despierto después. Es mi forma de decirme ‘ya estamos aquí, ahora empieza lo bueno’”.
Las estadísticas avanzadas subrayan un dato revelador: su porcentaje de puntos ganados tras el malabarismo supera ligeramente al registrado cuando no realiza esta rutina previa.
¿Casualidad o causalidad? Ahí está el debate entre analistas deportivos; lo cierto es que ningún rival quiere ver a Carlitos haciendo malabares antes del partido.
Un toque escéptico (y humorístico) sobre modas y supersticiones
No faltan quienes ven aquí una moda pasajera o una superstición más dentro del folclore tenístico —¿quién no recuerda los saltitos previos de Nadal o las botellas perfectamente alineadas?— pero lo innegable es que funciona para él.
Y si mañana vemos a media ATP practicando malabares en los vestuarios, será difícil no pensar que Alcaraz ha vuelto a marcar tendencia.
Lo importante es cómo estos pequeños gestos acaban modelando grandes carreras deportivas.
A fin de cuentas, si Federer ganó Wimbledon después de afinar su saque lanzando monedas al aire o Djokovic medita veinte minutos antes del partido… ¿por qué no iba Alcaraz a conquistar la cima del tenis y el Nº-1 de la ATP lanzando pelotas al cielo?
Curiosidades sobre Carlos Alcaraz y su rutina
- Empezó a practicar malabares viendo vídeos durante sus primeras giras internacionales.
- Puede mantener tres pelotas en movimiento durante más de dos minutos sin fallar.
- Su récord personal son cinco pelotas durante 15 segundos (según confesó entre risas).
- En París 2024 improvisó un duelo amistoso contra otros deportistas olímpicos… ¡y ganó!
- Su entrenador asegura que si se aburre entre partidos pide nuevas variantes para seguir retándose.
- Desde 2023 ha inspirado a decenas de jóvenes tenistas españoles a incorporar ejercicios similares en sus entrenamientos.
- En redes sociales circulan decenas de clips virales bajo el hashtag #AlcarazJugglingChallenge.
El tenis moderno busca siempre ese plus diferencial entre campeones.
Para Carlos Alcaraz, ese plus puede estar —literalmente— flotando entre sus manos antes incluso del primer golpe.
