El base puertorriqueño Carlos Arroyo dejó de ser oficialmente el base titular de los nuevos «Beach Boys» de los Heat de Miami para darle paso a Mario Chalmers.
La confirmación del cambio fue dada a conocer por el propio entrenador de los Heat, Erik Spoelstra, que justificó la decisión como lo mejor para el equipo de cara al futuro, dada la edad y la proyección que tienen ambos jugadores.
Spoelstra dejó muy claro que el cambio no tenía nada que ver con el rendimiento de Arroyo y su aportación y comportamiento en el campo ya que, según el técnico, gracias a su labor, Chalmers ha tenido la oportunidad de mejorar, crecer y corregir errores.
«Fue una decisión difícil», admitió Spoelstra. «No era que Carlos estuviese haciendo algo mal. Estaba haciendo todo lo que le pedí, pero llega un momento en el que hay que pensar lo que es en cada momento mejor para el equipo».
El pasado sábado ante los Raptors de Toronto a los que ganaron por 120-103, Chalmers ya disfrutó de la segunda titularidad en lo que va de temporada, pero la primera con Arroyo sentado en el banquillo.
Chalmers respondió con una actuación brillante de 10 puntos (3-3, 3-3, 1-1) estuvo perfecto en todo los lanzamientos a canasta, repartió nueve asistencias y además capturó cuatro rebotes, tres defensivos, su tendón de Aquiles en sus dos primeros años como profesional de la NBA.
El nuevo base titular ya había ocupado el puesto de Arroyo el pasado 14 de diciembre, cuando el jugador boricua tuvo que viajar hasta Puerto Rico para asistir a los funerales por la muerte de su abuelo.
Chalmers, que fue seleccionado con el número cuatro en la segunda ronda del sorteo universitario de 2008, el mismo año que llegó Michael Beasley, como número dos, jugó los 82 partidos de la primera temporada de novato.
Aunque confirmó que tenía un gran potencial también dejó al descubierto que estaba sin formar en cuanto a los fundamentos del juego.
En la segunda temporada, aunque jugó 73 partidos ya sólo en 22 salió como titular, mientras Spoelstra y el presidente de los Heat, Pat Riley, comenzaban a diseñar un plan para intentar desarrollar todo el potencial que tiene Chalmers.
La llegada de las figuras como LeBron James y Chris Bosh facilitó que Chalmers tuviese más tiempo en el proceso de formación, con Arroyo mostrándole el camino de cómo se debe trabajar junto a las grandes estrellas y hacer una verdadera labor de equipo.
La experiencia resultó, Chalmers ya ha entendido lo que es ser un jugador de equipo y sobre todo lo importante que resulta para los Heat hacer una buena defensa y tener control del balón.
El impulsivo base ya ha comprendido que la etapa de sacrificar los fundamentos del deporte para satisfacer sus emociones ya no tienen cabida ni en su juego ni mucho menos dentro de los Heat.
«No quiero ponerle las esposas completamente, pero tiene que jugar con inteligencia y disciplina hacia nuestro sistema. Eso debe ser lo primero si quiere mantener su puesto», advirtió Spoelstra, que podrá comprobar el nivel de maduración de Chalmers cuando el jueves los Heat se enfrenten a los Knicks de Nueva York.
