El partido de la NBA entre los Sacramento Kings y los New York Knicks vivió un extraño desenlace, en el que el conjunto local acabó llevándose la victoria de forma sorprendente.
A falta de apenas unos segundos ganaba el equipo neoyorquino por 103-105 y disponía de posesión de balón. Sin embargo, una sucesión de errores le llevó a desperdiciar el esférico en una jugada que habría dado prácticamente el triunfo a los de Mike Woodson.
Entonces, Sacramento recuperó la posesión, y jugando con más corazón que cabeza, encaró la canasta rival. Tras una jugada plagada de errores e imprecisiones, todo terminó con un triple de James Johnson sobre la bocina que llevó al pabellón al delirio y dio el triunfo a los suyos.