'The Last Dance' revive las hazañas del considerado mejor deportista de todos los tiempos

Cuando Michael Jordan regresó del retiro para ‘pisotear’ a una joven promesa por retarlo: «No me vuelvas a llamar para esto»

Un joven Corey Benjamin retó a 'Su Majestad' y a cambio recibió una paliza que cambió su carrera

Cuando Michael Jordan regresó del retiro para 'pisotear' a una joven promesa por retarlo: "No me vuelvas a llamar para esto"
Michael Jordan y Corey Benjamin

The Last Dance’, la historia que transmite Netflix en España (ESPN en Estados Unidos) tiene a todos hablando de las hazañas de Michael Jordan, el mejor baloncestista de todos los tiempos.

En la serie se cuenta como el mismo gerente general que construyó a esos Chicago Bulls, Jerry Crause, tomó la decisión de renovar toda la plantilla, por lo cual decidió que esa temporada 97-98 sería la última para la franquicia más ganadora de la década de los ’90.

Una de las historias más comentada, luego de ese segundo retiro de ‘Su Majestad’, fue un 1 contra 1 que jugó tras un reto lanzado por un rookie, quien dijo que Mike, «Hizo muy bien al retirarse».

“Michael Jordan no tendría ninguna posibilidad de ganarme en un 1 contra 1. Hizo muy bien al retirarse antes de que yo llegara al equipo”, expresó de manera desafiante como una especie de carta de presentación, expresó Corey Benjamin, quien tras sobresalir en la Universidad de Oregon State fue seleccionado por los vigentes campeones en primera ronda del Draft de 1998.

Todos los medios deportivos se hicieron eco de aquellas palabras, incluso dentro del propio plantel de los Bulls. Randy Brown -uno de los pocos veteranos sobrevivientes del segundo three peat- se disgustó por aquellas palabras, por lo cual llamó a su amigo Michael, y le pidió que aleccionara a esa joven promesa de los Bulls.

El 10 de noviembre de 1999, casi un año después de aquel retiro, antes de regresar nuevamente con los Washington Wizards en 2001, MJ apareció sin previo aviso en el United Center, su casa durante más de una década, y allí demostró una vez más que intentar tocar el orgullo de Jordan se paga caro.

La lección estaba ya aprendida, desde el High School hasta su etapa como NBA, son muchas las anécdotas que muestran que retar a Michael o decirle que no es capaz de algo dejaba graves consecuencias.

Al parecer, a Corey no le había avisado de ello.

Cogió la pelota y comenzó a botarla de manera desafiante ante la humanidad del joven Corey. En los primeros instantes de este 1 contra 1, Michael no desplegó todas su armas, como un buen cazador utilizó el tiempo para estudiar a su presa.

“¿Necesitas un poco de agua, Corey?”, preguntaron de manera sobrada y entre risas algunos de los integrantes del plantel, que disfrutaban todo el repertorio de Jordan para iniciar la contienda por 6 a 0 arriba.

Al ver que su contrincante no era medida, comenzó a humillarlo. “Voy a ir por ahí, para que sepas. Vamos, sígueme”, le advirtió MJ al oriundo de California. Pese a adelantarle sus movimientos, el final de la historia fue el mismo: otra anotación para Mike. “Podríamos estar así todo el día, no hay nada que puedas hacer”, remarcó el dos veces ganador de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos con el Dream Team de los Estados Unidos.

Con el encuentro liquidado, él se detuvo y esbozó: “¡Mira a tu alrededor! ¡Dime qué ves!”. Refiriéndose a los banderines de campeón colgados en las paredes de la cancha. Michael Jordan cambió por completo la historia de una franquicia perdedora. Le inculcó una mentalidad feroz y la llevó, de la nada (antes de su arribo nunca se habían proclamado campeones), a convertirse en la tercera franquicia más laureada de la NBA, con 6 anillos (1991, 1992, 1993, 1996, 1997 y 1998).

Luego de realizar la canasta ganadora, y con un Corey devastado y tirado en el suelo, Mike soltó una última advertencia: “No me llames del retiro para hacer esto de nuevo”.

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