No tendrá problemas para dirigir al seleccionado argentino en el mundial de Sudáfrica
Los insultos que profirió Maradona en rueda de prensa tras el encuentro Uruguay-Argentina le ha costado al seleccionador albiceleste 40 minutos de declaraciones ante la Comisión Disciplinaria de la FIFA y una suspensión del cargo de dos meses, en los que no podrá «ejercer cualquier actividad relacionada con el fútbol», por infringir el artículo 57 del Código Disciplinario de la FIFA.
Maradona no podrá realizar ninguna función en el banquillo desde el 15 de noviembre de 2009 hasta el 15 de enero de 2010. Además, deberá abonar una multa de 16.500 euros (25.000 francos suizos).
El artículo en cuestión señala que «el que a través de actitudes violentas o de amenazas ejerza presión sobre un oficial de partido o perturbe de cualquier otro modo su libertad de hacer o no hacer, será sancionado con una multa mínima de 3.000 francos suizos y, además, con suspensión».
El presidente de la FIFA, Josep Blatter, había adelantado que el proceso de Maradona se basaría en el artículo 58 de ese código, referido a casos que involucran expresiones humillantes y denigrantes de carácter racista.
TRAS PERDER 2-1 CON ESPAÑA
Maradona, que el sábado pasado dirigió a su selección en el amistoso que perdió contra España en el Vicente Calderón (2-1), acudió a la sede de la FIFA en la ciudad suiza pasados tres minutos de las tres de la tarde, cuando la audiencia ante la Comisión de Disciplina había sido fijada para las 14.00 horas.
Su coche llegó acompañado por otros dos vehículos. El seleccionador y ex jugador fue recibido a las puertas de la FIFA por los representantes de los medios de comunicación y por una decena de seguidores argentinos residentes en Zúrich, que le esperaron pacientemente bajo la lluvia.
MARADONA SIGUE A LO SUYO
Dos horas y media después, el «Pelusa» abandonó el edificio en un automóvil sin querer hacer declaraciones y salió hacia Madrid.
El entorno de Maradona ha comentado que esperaban una sanción y más allá de los dos meses de suspensión, no tendrá problemas en dirigir al seleccionado argentino en el mundial de Sudáfrica, la mayor preocupación.
DISCULPAS Y ARREPENTIMIENTO
La Comisión que preside Marcel Mathier tomó en consideración las disculpas y el arrepentimiento sincero del técnico al adoptar la decisión, que fue comunicada tras la audiencia, pero destaca que cualquier incumplimiento de la misma, o la repetición de cualquier incidente similar, significaría la imposición de sanciones mayores en el futuro.
Las declaraciones de Maradona, tras el partido ante Uruguay, fueron muy claras:
«Tengo memoria. Al que no creía, a los que no creyeron, con perdón de las damas, que la chupen y que la sigan chupando. Yo soy blanco o negro, gris no voy a ser en mi vida. Ustedes me trataron como me trataron. Sigan mamando».
EL ESTADIO CALDERÓN PASA FACTURA
El sábado, con el 2-1, el público del Calderón se entregó a la fiesta arrancándose con un cántico dedicado a las ocurrencias de Maradona.
La gente estaba bastante tensa después de ver cómo Argentina respondía al ataque español metiendo mucho los tacos.
Así que, cuando entró el tiro de Xabi, en el penalti, la multitud se desmelenó con el característico don local para la improvisación:
«¡Que la chupen, oé! ¡Que la chupen, oé!».
Maradona, que tiene pocas pulgas, hizo oídos sordos. Cuando le preguntaron si había reparado en aquello que cantaban las tribunas, fue tajante:
«Yo soy el seleccionador argentino. No estoy para estupideces».
LA BANDEROLA ALBICELESTE
Lo del «¡Que la chupen, oé! ¡Que la chupen, oé!» del público español iba tambien para cierto sector de la parcialidad albiceleste, que acudió al estadio con una bandera argentina gigantesca que contenía una leyenda a propósito:
«Que la chupen».
Al finales, la chuparon ellos.