El portero del FC Barcelona Víctor Valdés ha manifestado sus dudas acerca de quién es el equipo favorito de cara al derbi catalán del próximo sábado, ya que ve a Barça y Espanyol al «cincuenta-cincuenta» de posibilidades a estas alturas de la temporada.
Para el guardameta internacional, será un derbi «intenso» como en años anteriores, un partido de los «más difíciles y complicados» del año fruto del buen juego de los blanquiazules, aunque confía en el estado de forma de un Barça que también ha mejorado «en muchas cosas».
«Es de los partidos más difíciles y complicados del año, como en años anteriores. Lo esperamos muy intenso y de mucha dificultad. Estamos muy motivados y vamos a por la victoria», manifestó el de L’Hospitalet, que afrontará el partido con las mismas ganas de siempre.
Destacó el nivel del Espanyol, como hiciera ayer Keita, y coincidió en que están practicando un buen fútbol. «Ha mejorado en muchas cosas. Presiona muy bien, de forma coordinada, y a nivel técnico ha mejorado mucho, es un equipo que ahora juega un buen fútbol, mucho mejor. Me espero este Espanyol en un ambiente intenso, será un partido bonito de jugar», aseguró.
Negó que sea un partido agresivo más allá de la intensidad que prevé en los blanquiazules, y aseguró estar muy motivado por jugar en uno de los estadios con un ambiente «más fuerte», y en el que los porteros sienten el aliento del público. «Encontrarte en un campo intenso, es una motivación extra para seguir jugando y ganar el partido», espetó.
En cuanto a la imbatibilidad de los blaugrana y el mantener la portería a cero en los últimos partidos, aseguró estar contento pero le dio mérito a todo el equipo, con el que disfruta en los partidos en los momentos en que, fruto de la posesión y del rápido robo de balón, no tiene más trabajo que «disfrutar» de sus compañeros.
Por último, y en referencia al sorteo de los octavos de final de Liga de Campeones de este viernes, aseguró que será uno de los bombos más complicados de los últimos años y, por ser «especial», le gustaría que tocara la Roma para volver al estadio Olímpico de la capital italiana, donde ganaron la tercera y última Liga de Campeones, en 2009 ante el Manchester United.
