Cada uno tiene que encontrar su ochomil, su proyecto que le ayude a superar los obstáculos y a avanzar. Y cada uno tiene que idear sus propias estrategias para conseguir sus objetivos, paso a paso.
Este es un extracto del libro ‘Catorce veces ochomil’, escrito por la alpinista Edurne Pasaban (Tolosa, Guipúzcoa, 1973) en el que hace un repaso a su vida, sus triunfos y sus miedo bajo el telón de fondo de haber conseguido subir los 14 ochomiles del planeta Tierra.
A través de sus páginas, más de uno se sorprenderá de cómo una mujer que es capaz de enlazar de manera consecutiva hitos de este calibre, puede experimentar tanto sufrimiento por los problemas cotidianos de la vida diaria:
Siempre digo que la montaña más dura no me la he encontrado en estos ochomiles sino en el día a día. Muchas veces toda la fuerza que he puesto en las cumbres no he sido capaz de aplicarla a la vida diaria.
Los miedos que no la ‘afectan’ cuando se encuentra en la cumbre más peligrosa fueron los que la llevaron a internarse en un centro psiquiátrico en el año 2006 y a un intento de suicidio. Pasaban lo explica sin tapujos tanto en el libro como con esta entrevista concedida a Periodista Digital.
Los lectores van a sentirse muy identificados con cosas que a ellos también les pasan en la vida. Me gustaría que quienes lean el libro se den cuenta de que a veces mitificamos a las personas sólo por salir en la prensa, en la televisión… pero que aún así todos somos personas normales con nuestros miedos y nuestros defectos.
La deportista vasca, primera mujer que conquista las catorce cumbres más altas del mundo –las pruebas de que la coreana Miss Oh no lo ha conseguido son cada vez más evidentes– asegura que, a pesar de todas las dificultades, «ha merecido la pena». Por el camino, además de su propio coste personal, se ha dejado a algunos compañeros de expedición que fallecieron en la montaña:
Rememorar sus muertes ha sido duro. Pero es que el libro es una historia real, la historia de mi vida.
En breve se marchará al Everest para intentar coronarlo, pero esta vez sin oxígeno. Preguntada por cuál es la primera cosa que hace un escalador cuando consigue alcanzar una cumbre, simpática y relajada, contesta:
Lo primero de todo, sin duda, es hacerte la foto.
Con la colaboración de Patricia Moreno.