Si se volviese a jugar un Mundial este verano, no sería exagerado pronosticar que Torres se convertiría en objeto universal de pena o burla
A ningún aficionado al fútbol se le puede escapar el lamentable momento deportivo que vive el delantero español Fernando Torres. El Chelsea del multimillonario ruso Roman Abramovich, rompió el mercado de invierno en el pasado mes de enero, pagando por el entonces ariete del Liverpool hasta 60 millones de euros. La realidad es que Fernando Torres, después de dos meses como fichaje estrella de los ‘Blues’ aún no ha conseguido anotar.
En esta línea escribe en el diario El País–Tal como éramos— el periodista y escritor británico John Carlin, que juega con la nostalgia y el recuerdo que se vive constante en el mundo del fútbol, pero que supone un lastre para los directivos en este deporte:
En el caso específico de Fernando Torres, su historia se va convirtiendo en una tragedia a cámara lenta. Las cosas cambian y hoy estamos asistiendo a la muerte deportiva de un ídolo.
No le falta razón a Carlin cuando dice que España llegaba al pasado Mundial de Sudáfrica con Fernando Torres como su jugador más conocido a nivel mundial, gracias al potencial de la Premier League entre otras cosas, pero de celebrarse hoy de nuevo el campeonato, el periodista apunta:
Si se volviese a jugar un Mundial este verano, no sería exagerado pronosticar que Torres se convertiría en objeto universal de pena o burla.
John Carlin concluye con un hecho relevante:
En el encuentro clave de la temporada para el Chelsea, la vuelta de los cuartos de final de la Champions contra el Manchester United, Torres fue sustituido en el descanso. No por lesión, sino por inutilidad.