Quim Doménech: "Es muy difícil que los roces que se están produciendo en esta serie de clásicos no dejen secuelas"
Todo empezó con el 5-0 del Barça al Madrid de la presente temporada. La ‘manita’ azulgrana sentó muy mal a los jugadores madridistas, y las posturas de los seleccionados por España y campeones del Mundo en Sudáfrica, se enconaron. Sergio Ramos pateó a Messi, y después golpeó a Puyol en la cara y empujó a Xavi. Fue el primer roce, y el exceso de pulsaciones y una disculpa posterior parecieron calmar los ánimos. Hasta que llegaron cuatro clásicos en 18 días.
En El Debate del diario La Gaceta, se analizan las dos posiblidades. Por un lado, la opción de que realmente todos estos problemas supongan una brecha y por ahí pueda venir el declive de España. Quim Doménech apunta:
«Es muy difícil que los roces que se están produciendo en esta serie de clásicos no dejen secuelas. Las relaciones en un grupo ya dividido van a seguir deteriorándose con el paso del tiempo».
El ambiente, además de lo que pase en el juego, se encrispó más de lo debido con el rumor que destapó el diario Marca —Piqué: ¡Españolitos, ya os hemos ganado vuestra Copa!–, y aún siendo difícil conocer la veracidad de los hechos, el madridista Íker Casillas, capitán de la selección española, tampoco los negó dejando abiertas las puertas para la interpretación de cada cuál.
El ex jugador del Real Madrid, Álvaro Benito, defiende en La Gaceta la opción de que todo esto no va a afectar en el desarrollo de las relaciones dentro del equipo nacional:
«Lo que pasa en el campo se queda en el campo. Son jugadores defendiendo sus colores hasta el extremo, pero dentro de la normalidad de partidos de esta importancia. A mí me gusta tener en la Selección a este tipo de jugadores».
No obstante, en los últimos dos clásicos se han visto de nuevo imágenes cuanto menos preocupantes. Sin ir más lejos, a Arbeloa pisar a Villa y encararse los dos jugadores después, o a Sergio Busquets una entrada muy peligrosa a la altura de la rodilla de Xabi Alonso. Y aún quedan dos clásicos más por disputarse.
Lo único cierto, es que las posibles secuelas se observarán de verdad el próximo verano, en la Eurocopa de Polonia y Ucrania.
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