Suele ser algo normal en el fútbol, ese deporte sin memoria ni pasado, que un jugador se convierta en ídolo de masas tras disputar un gran partido, después de una buena semana o en medio de una imponente racha goleadora, y de la misma forma logre pasar rápidamente al ostracismo más absoluto. A la marginación del grupo, a la soledad del banco. A la calle.
En el Real Madrid, además, esto se acentúa. Los focos parecen demasiado cercanos al militar en el mejor equipo según la historia. Y las atenciones disminuyen sustancialmente cuando se abandona por la puerta de atrás la casa blanca. Todos quieren jugar en el Madrid, o al menos ése es un discurso muy utilizado.
Los últimos casos de protagonismo madridista efímero los viven, en unos días difíciles, el francés Karim Benzemá y el togolés Emmanuel Adebayor. Las historias de ambos distan bastante en su origen, pero su final parece idéntico: fuera del vestuario del Real Madrid, a buscar goles en otro lugar por Europa.
El galo llegó a la capital española de la mano de Florentino Pérez, la misma temporada que Cristiano Ronaldo y Kaká, a golpe de talonario para formar parte de una delantera de ensueño –«Mi objetivo es ser el mejor jugador del mundo»–. Pero el francés no fue lo que el Santiago Bernabéu esperaba. Adormilado, vago, fuera de forma y de lugar. Esta temporada comenzaba una nueva oportunidad para Benzemá. Más adaptado, más hecho al lenguaje y al equipo, aún suplente por detrás de Higuaín, aprovechó la lesión del argentino para conseguir jugar minutos y sumar una buena cifra de goles. En unos meses se convirtió en la estrella que el madridismo buscaba en su ‘nueve’ —Benzemá, estrella Champions–.
El caso de Emmanuel Adebayor es diferente. Llegó en el pasado mercado invernal, como cedido y con una opción de compra para el Madrid. No contaba para Mancini en el Manchester City, y se convertía en una opción de garantías para suplir al lesionado Gonzalo Higuaín. Nada más llegar, Adebayor fascinó por su exotismo mezclado con algunos goles importantes. —Adebayor como estrella en la goleada del Madrid–. Todo hacía indicar, que el Real Madrid ejercería su opción de compra y se quedaría con el jugador a final de temporada —Mourinho lo ha decidido: Adebayor se queda–.
LOS CLÁSICOS TRUNCAN LAS CARRERAS DE ADEBAYOR Y BENZEMÁ
Los cuatro partidos disputados en apenas veinte días por Madrid y Barcelona, dejaron a cada jugador en su lugar. Benzemá apenas disputó algunos minutos en el primer partido, el de Liga, y no volvió a contar para los tres restantes —Benzemá no jugó contra el Barça por no quejarse de los árbitros–. Su compañero Adebayor contó algo más en el transcurso de los días para José Mourinho. No obstante, en el clímax de la temporada, la final de Copa y las semifinales de Champions ante el Barça, Mourinho dejaba en el banquillo a sus tres nueves: Benzemá, Adebayor y el recuperado Higuaín.
Ahora, con la temporada agonizando y en el inicio de la preparación de la próxima, Adebayor volverá al City —El Madrid descarta la opción de compra por Adebayor— y Benzemá está en venta —Mou pide al Kun por Benzemá–.
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