Ramón Besa: "Eduardo Inda fue el delantero centro de determinada forma de entender el periodismo"
La sombra de José Mourinho es tan alargada, que hasta cuando el mundo del fútbol de clubes está solo activo en los despachos y no en el campo, la figura del polémico entrenador portugués aparece en cada tertulia futbolística, en cada entrevista a un experto.
Ramón Besa es el redactor jefe de deportes en Cataluña del diario El País, y analiza en una extensa entrevista para el blog www.jotdown.es toda la actualidad deportiva y la situación y rumbo del periodismo deportivo nacional —Ramón Besa: «Mourinho no deja rastro por donde pasa, deja copas»–.
El periodista, habitual cronista de los partidos del Barça para el periódico generalista, dedica palabras de crítica a José Mourinho, pero también habla con cierta simpatía del técnico portugués:
«Es un personaje muy enigmático. A veces pienso que es narcisista, creo que es muy buen entrenador pero la parafernalia que le rodea es discutible. Su ‘leit motiv’ es ‘el fin justifica los medios’. Pero claro, cuando no gana, entonces revisa los medios: ‘yo vengo a ganar, pero como no gano, empiezo a hablar de los árbitros, del reglamento, de la organización’. ¿No habíamos quedado en que el fin justifica los medios? Lo que pasa es que a usted este año no le ha alcanzado. Es ahí donde creo que es un poco tramposo. Es un tramposo simpático pero ese papel le va bien porque España es siempre muy dual».
El regreso de José Mourinho a España para ser primer entrenador del Real Madrid, generó desde el principio mucha expectación. Para los madridistas, por el deseo de ganar, y para los periodistas, por estar ávidos de portadas. Y Mourinho, en lo segundo no ha defraudado. Ramón Besa describe la importancia del luso en el fútbol español.
«A veces puede parecer arrogante pero ese rol encaja bien en el fútbol español, porque España siempre es la España roja y rota, la periférica y la centralista, la de Guardiola y Mourinho. Esa dualidad es algo que la gente recibe muy bien. Mourinho ha acentuado la división entre las diferentes formas de ver el fútbol que tienen el Barça y el Madrid. Lo que es curioso es que el giro que ha dado el Madrid no respeta la historia, porque el Madrid nunca había confiado el equipo a un entrenador».
No obstante, los palos le llegan al entrenador portugués por arrasar allá por donde va. Besa lo cuenta:
«Mourinho no deja rastro por donde pasa: deja copas. Vas mirando las vitrinas: ‘¿Y esta copa, aquí quién jugaba? Ah, no, Mourinho’. Tienes unas vitrinas cojonudas pero el recuerdo de Mourinho en el Inter, el Chelsea o el Oporto, no llega a la gente».
INDA Y SEGUROLA, EL DÍA Y LA NOCHE PARA RAMÓN BESA
Ramón Besa se convierte en uno de los periodistas referencia del panorama deportivo español, y como tal, analiza el espectro del papel, las ondas, las televisiones y lo digital:
«El periodismo deportivo participa de las mismas virtudes y defectos que el periodismo en general. Todo se ha radicalizado mucho y hoy en día es más importante la opinión que la información, algo con lo que no comulgo».
«El mejor periodista deportivo que hay ahora mismo es Santiago Segurola. Es capaz de hacer una crónica de atletismo o de natación tanto como una de fútbol. […] Alfredo Relaño ha marcado tendencia. Pepe Sámano, que ahora está en El País, tiene muy claro cómo debe evolucionar el deporte. He vivido mucho la escuela de El País y por eso me quedo mucho con ella, pero eso no quiere decir que no existan otros buenos periodistas: Julio César Iglesias fue vital en su momento; Julián García Candau, Emilio Pérez de Rozas, Martí Perarnau, Miguel Rico, Luis Martín…».
Por último, en el análisis del periodismo deportivo nacional, la figura del ex director del diario Marca, Eduardo Inda, se convierte en un tema controvertido para la profesión, que Besa analiza con respeto:
«No conozco personalmente a Eduardo Inda, aunque sí creo que ha sido el delantero centro de determinada forma de entender el periodismo. Su participación en determinados conflictos ha consistido en acentuar la competitividad y el periodismo de club. Esto le ha llevado a unos extremos muy difíciles de aguantar para cualquier empresa periodística».