Olé: "Messi en el Barça es la puntada de oro de un equipo de alta costura"
La selección argentina venía dando tumbos en la Copa América que disputaba como local, con sendos empates iniciales ante Bolivia y Colombia, y con una victoria mentirosa (3-0) ante una selección de Costa Rica de pobre nivel. Con los bandazos del juego, de los jugadores y de Sergio Batista con la batuta, vinieron también los de la afición y la prensa, hasta la caída definitiva en la tanda de penaltis contra Uruguay —Argentina quedó fuera de la Copa América en los penales [VÍDEO]–.
El público local se enfadó enormemente con los primeros pasos de la Albiceleste defendiendo título, crucificó pronto a Lionel Messi por su vitola de mejor jugador del mundo que nunca pudo demostrar con la elástica argentina —«¡Quieren verte para que hagas un gol!»–, y después volvió a encumbrar a todos ellos tras la única victoria del combinado en la presente edición del torneo —Argentina se rinde ahora ante su selección liderada por el mejor Messi–.
Quizás, errores todos ellos, porque ni los resultados siginificaron que fuera el peor equipo en su momento, ni tras la victoria debieron exaltarse. El diario argentino Olé refleja a la perfección las trabas de este conjunto, que se va de vacaciones con la cabeza baja y mucho antes de lo esperado —Argentina no para de perder prestigio–:
«La verdad es que en los últimos años Argentina perdió prestigio, que salvo Messi los buenos no lo son tanto, que no hay equipo. Que falta trabajo, táctica, intensidad en los minutos de gloria o llanto, lucidez para enderezar un proyecto que de a ratos parece contradictorio…»
La eliminación de la Albiceleste en la Copa América 2011, contigua a la caída también prematura en el Mundial de 2010 (en cuartos ante Alemania), golpean los cimientos de la estructura del combinado. Olé lo expresa:
«La repetición de la mentira la convirtió -para algunos- en verdad. Se pensó que la Selección tiene a los mejores futbolistas del mundo. Que alcanza con patear por el barrio, usar un talco milagroso, juntar enanos, lustrar la chapa de un apellido inmenso como jugador o repetir palabras floridas sobre el Barcelona».
La comparación del mejor Leo Messi del F.C. Barcelona con el jugador del montón que representa en la selección se convierte en una constante. El propio diario deportivo Olé analiza —Messi necesita del consciente colectivo–:
«Messi en el Barça es la puntada de oro de un equipo de alta costura. Con la estructura que le proveen Xavi, Iniesta y los demás, Leo es el mejor de los mejores, el salto de calidad. En la Selección es lo opuesto. Más que la última puntada, Messi debe dar la primera, la segunda y también la tercera».
Las frases al aire del rotativo en su portada suponen el resúmen perfecto de lo vivido en Argentina:
«Sin fútbol, sin defensa, sin una idea táctica, sin respaldo al fútbol de Messi. ¡Basta de improvisación!»
FRACASO COLECTIVO Y REDENCIÓN DE MESSI
La prensa argentina, después del batacazo del debut y los palos generalizados a Messi, recapacitó a base de críticas —Grondona: «Messi tendría que decir: ‘no vengo más, me quedo en España'»–, y los titulares del papel posterior a la derrota frente a Uruguay, perdonan al ‘diez’ argentino y lo colocan, prácticamente, como una víctima más.
La Nación: «Otra frustración».
Clarín: «La magia de Messi no alcanzó y Argentina se va de la Copa».
El Día: «Hay que cambiar».
La Capital: «Los penales sepultaron a la selección».
La Voz del Interior: «Otra vez nos quedamos con las manos vacías».
Río Negro: «Una clásica frustración».
Diario Popular: «Desilusión nacional».
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