Londres empieza un año de cuenta atrás antes de acoger los Juegos por tercera vez

Londres afronta la recta final para celebrar la trigésima edición de los Juegos Olímpicos en la era moderna, que comenzarán exactamente dentro de un año con el encendido de la llama en el Estadio Olímpico de Londres, centro neurálgico de una cita que durará 19 días e involucrará a 17.000 atletas y entrenadores de 26 modalidades diferentes.

El 6 de julio de 2005 y de forma sorprendente, Londres fue designada para celebrar de nuevo los Juegos Olímpicos tras las ediciones de 1908 y 1948. Por primera vez una ciudad era señalada para albergar una tercera cita olímpica, según decidieron los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) tras una elección que descartó a Madrid en la penúltima ronda y dejó a París como ciudad finalista.

Desde aquel día histórico, el Comité Organizador, al mando del mítico exatleta Sebastian Coe, inició una batalla contrarreloj para solventar el principal punto débil de la candidatura británica: la falta de infraestructuras. Seis años después, la ‘City’ última las sedes donde se medirán los mejores atletas del planeta.

El corazón del proyecto es el Parque Olímpico, compuesto por nueve células: el Estadio Olímpico, el Centro Acuático, el Velódromo, la pista ciclista de BMX, el Eton Manor (solo para la competición paralímpica de tenis) y otros cuatro grandes centros deportivos para baloncesto, balonmano, hockey sobre hierba y waterpolo.

La joya del proyecto es el nuevo Estadio Olímpico, con capacidad para 80.000 espectadores, 25.000 fijos y 55.000 móviles que pueden ser retirados después de los Juegos, cuando el recinto pasará a manos del West Ham, equipo de fútbol recientemente descendido de la ‘Premier League’.

En Londres hay otras trece sedes entre las que destacan el Estadio de Wembley, las míticas pistas de Wimbledon, o Hyde Park, el pulmón de la ciudad. Además, hay otras diez sedes en otras ciudades, como los estadios de Old Trafford (Manchester) y Hampden Park (Glasgow). El proyecto se completa con la Villa Olímpica, con cabida para 17.000 atletas y entrenadores, y el Centro de Prensa (IBC/MPC), donde desarrollarán su trabajo 20.000 profesionales de los medios de comunicación.

UNA ANTORCHA LIBRE DE PROTESTAS POLITICAS

Antes de que todos esos recintos acojan a los mejores deportistas del planeta, la liturgia olímpica exige una serie de pasos con la antorcha como principal protagonista una vez se celebre la tradicional ceremonia de encendido en Atenas.

Los diseñadores Edward Barber y Jay Osgerby han concebido una antorcha dorada inspirada en tres pilares olímpicos: por un lado los tres valores olímpicos de respeto, excelencia y amistad; por otro el hecho de que el Reino Unido ha organizado los Juegos Olímpicos en tres ocasiones, y finalmente en la idea de que Londres 2012 combine tres líneas de trabajo: el deporte, la educación y la cultura.

Escarmentados por el ejemplo de Pekín 2008, cuando el recorrido mundial de la llama se convirtió en una excusa perfecta para los activistas tibetanos, el comité londinense ha diseñado un recorrido de 70 días y 12.875 kilómetros que no irá más allá de las fronteras del Reino Unido.

De este modo, la antorcha llegará a las Islas Británicas el 19 de mayo y pasará por las manos de 8.000 personas en su camino alrededor de Escocia, Gales e Irlanda del Norte, antes de llegar al Estadio Olímpico, donde tendrá lugar la Ceremonia de Inauguración el 27 de julio.

Sabedores de la repercusión mundial que representa esa ceremonia inaugural, los miembros del comité organizador han encargado la dirección de este evento inaugural a un personaje de fama planetaria, el director de cine Danny Boyle. Ganador de un Oscar en 2008 y responsable de películas como ‘Trainspotting’, ‘Slumdog Millionaire’ o ‘127 horas’, sobre el cineasta recaerá la enorme responsabilidad de proyectar la imagen británica a la retina mundial.

Sin embargo, la competición oficial se iniciará dos días antes, el 25 de julio, con un encuentro de fútbol femenino en el Millennium Stadium de Cardiff. El recinto galés dará el pistoletazo de salida a 19 días de competición que concluirán el 12 de agosto con la finales masculinas de baloncesto y balonmano, todos apadrinados por la mascota ‘Wenlock’, la última gota plateada de acero con la que se construyó el Estadio Olímpico.

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