Lo había intentado ya con el Buffalo Flash y con el Chicago Red Star, y este año probó con el Philadelphia Independence. Y con sus 24 años y 1,60 metros de altura lo ha conseguido: ser nombrada la mejor jugadora de la Women’s Professional Soccer.
Verónica Boquete, en declaraciones a Radio Marca:
«Mi padre era entrenador y mi hermano jugador, así que desde que tengo uso de razón tengo un balón de fútbol entre mis manos»
A pesar de contar con el apoyo familiar, la gallega también pasó por momentos malos:
«Cuando era pequeña no tuve problemas, pero cuando crecí, sólo podía entrenar con los chicos y no jugar con ellos. Si en España el fútbol tiene atraso respecto a otros países, en Galicia estaban atrasados respecto a otras comunidades. Tuve que decidir salir de casa, irme a jugar a Zaragoza y luego dar un salto de calidad para jugar en el Espanyol. El año pasado probé a cruzar el charco y en Estados Unidos estoy disfrutando de esta profesión»
Esta es la segunda temporada que está en Estados Unidos, un país donde el fútbol femenino es profesional:
«Esa palabra (profesional) lo define todo. Aquí somos futbolistas 24 horas y las instalaciones, aopoyo y repercusión no tiene nada que ver con lo que vivimos en España. Después de cada partido, lo normal es estar 20 ó 30 minutos firmando autógrafos y haciéndonos fotos con los aficionados, algo impensable en nuestro país»
Su temporada en el Philadelphia Independence está siendo brillante tanto a nivel individual como colectivo. Su buen hacer le ha llevado a ser en tres ocasiones elegida como la ‘mejor jugadora de la semana’ y a posteriori, MVP de la Liga, ganando en la votación a jugadoras míticas como Tasha Kai, Marta Vieira Da Silva, Christine Sinclair y Abby Wambach.
¿Quiere decir eso que Verónica es la mejor jugadora del mundo?
«La mejor es la que consigue el Balón de Oro y esa es Marta, que se ha llevado este galardón en los últimos cinco años. Lo que sí es cierto es que ganarla en la votación da mayor importancia a este premio»
Verónica es una jugadora de equipo y quiere que sus éxitos sean compartidos por todo el grupo:
«De nada sirven los premios individuales si no conseguimos ganar este sábado y poder disputar la final de la Liga (ante el Western New York Flash)»
Lejos quedan los inicios de Verónica en el Xuventú Aguiño, en el año 2001. O su posterior paso por Zaragoza o por Barcelona para militar en el Espanyol, conjunto con el que esta misma temporada sufrió una decepción al perder en la final española frente al rayo Vallecano.