Ahora a Mou sólo le falta ganarle la Liga al Barça de Guardiola y llevarse una Champions; con eso: ídolo eterno
Hubo un tiempo, largo y dorado, en el que el Real Madrid aguantaba cualquier tipo de provocación parapetado en el señorío de su escudo centenario. ¡A freir puñetas!
En el Estadio Santiago Bernabéu se han hartado de ir de ‘dignos‘ y ahora, con el polémico José Mourinho como catalizador, no hay charco en el que no se metan ni trifulca que eviten.
Llamativo en una entidad que fue capaz de poner en la calle al presidente Calderón tras ganar una Champions y todo por el supuesto desgaste social que estaba sufriendo el club. Bien urdido todo por Florentino y sus amigos, pero eficaz.
Algo tiene que ver la Champions en todo este jaleo y mucho pesa todavía el recuerdo de la farsa montada por el Barça la temporada pasada, cuando los jugadores azulgranas caían al cesped como si les hubieran pegado un tiro, cada vez que Pepe o alguno de los suyos se les acercaba.
Los árbitros tragaban, a los azulgranas les salió bien la cosa y quizá por eso, el Madrid fue a esta Supercopa con la mosca detrás de la oreja, sospechando que iban a pasar cosas que entonces pasaron.
Pero ahora no han pasado. Esta vez, ni árbitros ni cuento. Fueron Messi y además de Messi unos gramos de mala suerte.
Pero el tema estaba caliente y al final, después de jugar mejor, dominar más, tener más ocasiones, darle un trallazo al larguero y ver el título ya en la vitrina, fastidiaba, y bastante que el Barça hiciera el 3-2 y se llevara el gato al agua.
Hubo tangana y lo que esta ha dejado para la historia es el dedo de Mou en el ojo de ‘Pito‘ Vilanova. Parece que en el Camp Nou no hubo nada más, que nadie insultó o sacudió y no fue así, pero ya da igual.
Ha eclosionado el madridismo. A la afición blanca le importa un pito lo que escriba The New York Times, sentencien los periodistas patrios o masculle la prensa.
Ahora, por primera vez en años, se saben mejores. Sólo es cuestión de semanas que el Real Madrid se ponga por fin delante.
El aficionado respalda a muerte al entrenador y se pasa por el ‘arco de triunfo’ lo que opine el resto del planeta.
Lo dicen las encuestas y lo ratifican a voces las gradas del Bernabéu en cada partido: Mourinho es el ídolo, por encima de Florentino Pérez, Ronaldo, Casillas o cualquier otro.
Basta echar un vistazo a las redes sociales para comprobar que opinan los hinchas del alma blanca. Muchos aficionados consideran a Mou como la encarnación del espíritu del madridismo.
Mourinho es intocable y piensan que se ha convertido en la diana perfecta para todos aquellos que pretenden acabar con el Real Madrid.
El técnico ha entendido lo que quiere el seguidor blanco y el hincha se ve reflejado en él, no ya tanto por su visceral y maquiavélica reacción durante el incidente con el segundo de Guardiola y sí por ese no callar nunca ante lo que consideran provocaciones.
De ahí que el objetivo número uno sea acabar con él al precio que sea. Den una vuelta por Facebook o Twitter y lo comprobarán.
Ahora a Mou sólo le falta ganarle la Liga al Barça de Guardiola y llevarse una Champions. Con eso: ídolo eterno.
UN RESUMEN DE PRENSA NADA IMPARCIAL
Todo el mundo ha coincidido en que el protagonista principal del partido de vuelta de la Supercopa de España fue Leo Messi, pero es curioso que casi todos los titulares de los días posteriores los haya copado José Mourinho.
Titulares y columnas de opinión, porque no hay periódico, emisora de radio o cadena de televisión que no haya dedicado especio y esfuerzo al entrenador madridista.
Lo paradójico, con contadas excepciones, es que Mou parece haber puesto de acuerdo a los ‘santones’ de los medios deportivos de Madrid y Barcelona:
Lluis Mascaró (Sport)
«Acciones violentas como las de Pepe, Marcelo, Sergio Ramos, Khedira o incluso Mourinho merecen un replanteamiento de las actuaciones arbitrales. No vale todo para frenar al Barça. El Madrid, cuando se ha visto impotente para detener a los cracks blaugrana, ha intentado ensuciar los partidos. Y, lamentablemente, lo ha conseguido. Aunque no le ha servido de nada».
Santi Nolla (Mundo Deportivo)
«Lo más lamentable de todo el duelo fue Jose Mourinho, el técnico que fue a ponerle el dedo en el ojo a Tito Vilanova, en una acción tan inédita en el mundo del fútbol como deleznable en lo personal. Con ese entrenador piensan en Madrid que ganarán al Barça. Pues no. Otra vez no».
Alfredo Relaño (AS)
«El Madrid tiene que controlar esto. Estos partidos se ven en todo el planeta y mientras el Barça da una imagen de exquisitez y buen juego, el Madrid se va haciendo un cartel de equipo feroz, valentón, pendenciero. Es hora de que Florentino reflexione seriamente sobre esto, porque empieza a ser grave. […] Esta vez, si alguien pregunta: ¿Por qué perdió el Madrid? Por Messi. Y volvió a perder en la sala de prensa cuando Mourinho no fue capaz de disculparse por su horrible actitud con Tito Vilanova».
Roberto Palomar (Marca)
«Este significativo avance en el juego sufre una regresión, sin embargo, cada vez que Mourinho abre la boca o se arroga la representación universal del Real Madrid. Cuando abandona las funciones propias de su cargo es, simplemente, abominable. Desde el pellizco a Tito Vilanova a su disparatada rueda de prensa posterior. Es ahí donde el portugués se empeña en dar dos pasos hacia atrás. Con lo cual, el balance evolutivo del Real Madrid es cero. Está exactamente donde estaba».
Así es el fútbol.