Josep Guardiola recibe con humildad y agradecimiento la Medalla de Oro del Parlament de Catalunya

El entrenador del FC Barcelona, Josep Guardiola, ha recibido esta tarde la Medalla de Honor en categoría de Oro del Parlament de Catalunya entre multitud de elogios hacia su persona y lo ha hecho muy honorado y con agradecimiento hacia aquellos que han pensado en él como merecedor del galardón, además de con la humildad que le ha llevado a tener «pasión» por el fútbol y elevarlo a la categoría con la que juega su Barça.

Guardiola, emocionado y «fundido» por recibir tantos halagos, se ha dirigido a un Auditori del Parlament en el que su familia y máximas autoridades del país ocupaban la primera fila para agradecer la confianza depositada en él y explicar el secreto de su éxito, que no es otro que querer el oficio e intentar hacerlo lo mejor posible desde el respeto y admiración hacia los compañeros y hacia el rival, algo que ha aprendido desde pequeño en el seno de la familia barcelonista.

Así, ha asegurado que si ha ganado tantos títulos como jugador y ahora como entrenador es gracias a haber sido, siempre, «el escogido». «Cualquier otro podría haber sido el elegido para ser entrenador pero fui yo, y el mérito es de ellos. El día que el presidente Laporta y los suyos creyeron que podía ser yo, me dijeron que el único mérito que tenía era que había sido el elegido, y fue la mejor manera de empezar. No nos podemos quejar, porque ha ido todo muy bien, pero sé que lo que transmito a mis jugadores no pertenece a mí, todos me han aportado algo», ha manifestado.

Con la «pasión» y la «admiración» que siente por el fútbol y el deporte en general, ha añadido que todo se reduce a un solo instante «mágico» en el que siente que ya tiene todo listo para enfrentarse al rival. «Antes de cada partido, un día o dos, me voy al sótano del Camp Nou, sin luz, a un pequeño despacho que he arreglado y me encierro en él durante un par de horas, y me voy con dos o tres DVD’s sobre el equipo contra el que tenemos que jugar», dijo.

«Me siento, cojo bolígrafo y papel, y los miro. Empiezo a apuntar detalles, todo lo bueno que hacen los contrarios y debilidades, pero llega un momento fantástico que da sentido a mi profesión, y soy entrenador por este instante, que es cuando te das cuenta, y dure lo que dure, que ya lo tenemos: Mañana ganamos. No sabes por qué, pero hay algo que te lo hace ver. No tengo una fórmula mágica, siempre lo he pensado y a veces hemos perdido. Pero es el amor de un oficio, y cuando llega este momento entonces transmito a mis jugadores qué hacer», ha desvelado.

Modesto, ha reconocido no saber de dónde le vino la pasión por el fútbol pero ha asegurado que de él, de su mundo, lo ha aprendido todo en esta vida. «Ese momento mágico, eso que te sale de dentro, es lo que da sentido a mi profesión. Me ha ayudado muchísimo y me gustaría hacer una referencia a la maravilla del deporte, ya no del fútbol. Lo que me ha dado el microsistema que es un equipo es lo que me ha hecho ser persona. He aprendido a ganar y celebrarlo con muchísima moderación, me ha enseñado a perder, lo que duele de verdad, pero después te ayuda a ganar. Las excusas no sirven de nada, cuando pierdes es responsabilidad tuya, también cuando las cosas no van. El deporte y el Barça me han dado esto», ha apuntillado.

Son muchos los recuerdos que el de Santpedor tiene de sus años como blaugrana, pero ha querido desvelar una conversación que todavía le acompaña y le hace no perder el rumbo. «Quiero citar a Valero Rivera, valiosísimo entrenador de balonmano, que un día me dijo que el Barça nos hacía buenos a todos. Me dijo que diera gracias por estar en la institución y no dijera nada malo de ella. Me ha acompañado siempre», ha asegurado.

«Con 40 años me dan la Medalla de Oro de la institución más preciada de mi país. Llega pronto, pero si no me lo hubieran dado estaría igual de orgulloso de lo que hacemos. No quiero ser ejemplo de nada. Sólo quiero hacer el oficio que tanto quiero lo mejor posible. Sólo espero que la gente pueda ver esta pasión y darles a los que me rodean esto que siento. Es un honor inmenso poder recibir esta medalla. De parte de mi familia y mía personal, no sé cuándo podremos devolver tanta gratitud. Si nos levantamos tan temprano y sin excusas para trabajar, somos un país imparable. Somos imparables. Muchas gracias y visca Catalunya», se ha despedido.

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