Valdano: "La desesperación por ganar ataca todos los valores de referencia"
Poco tiempo después de ser destituido por el Real Madrid como institución, por Florentino Pérez como máximo mandatario y por José Mourinho como impulsor tácito, Jorge Valdano fichó por PRISA para seguir haciendo lo que mejor sabe hacer; hablar de fútbol. Así, llega hasta El País Semanal para, en un tono propio del que ve el fútbol desde fuera, analizar los entresijos del campeonato español —«Cuando trabajas con la vanidad, te conviertes en peor persona»–.
Lo que usted ha enseñado, como entrenador y como comentarista, va más por lo que hace el Barça que por lo que hace el Madrid en los últimos tiempos.
Menotti dijo hace poco en EL PAÍS que el 95% de los entrenadores quieren ser Guardiola. Es indiscutible que lo que ha conseguido el Barça tiene algo de sueño platónico para todos los que queremos el fútbol. Reconocer eso no es una traición a la patria madridista, es el reconocimiento natural de una forma de hacer fútbol. Después de reconocerlo, lo que hay que hacer es encontrar la manera de superarlo. Pero no hay por qué abandonar la nobleza, ni los principios, ni la deportividad.
El ex entrenador y ex jugador argentino vuelve a la comunicación para, desde ahí, apuntar lo que considere oportuno. Valdano se siente contento por ello:
Volver a la radio, volver a decirle al aficionado lo que ve, ¿qué reto supone para usted?
Volver a la radio es volver a la palabra, al mensaje. Lo he hecho a lo largo de mi vida a través de los libros, de los medios de comunicación, incluso mientras he estado en el fútbol en distintos cargos. Siempre he tratado de traducir el juego a un determinado tipo de mensaje.
Sin embargo y aunque Jorge Valdano asegure que pretende pasar página, todavía son frecuentes sus referencias al Real Madrid, a las entrañas del club y a la filosofía histórica del equipo:
A lo largo de tantos años me he acostumbrado a escuchar estupideces de distinto calibre. Recuerdo que no hace mucho, dentro del Real Madrid, llegué a escuchar algo tan disparatado como que el resultado había dejado de importar, que el Real Madrid había llegado a tener una imagen tan potente que ganar o perder había dejado de ser relevante. Es difícil oír una estupidez mayor. Pero hay otro tipo de estupidez, más recurrente dentro del fútbol, la que dice que lo único importante es ganar. La desesperación por ganar ataca todos los valores de referencia. Y termina atacando también a la economía de los clubes. La desesperación por ganar es la piedra angular de todos los concursos de acreedores que hay en España en estos momentos.
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