Julio César Iglesias: "En aquel Milán podía hacer lo que le diera la real gana, porque estaban Gatusso y compañía, y él se pegaba su carretita y con eso alcanzaba"
Una de las apuestas personales de Florentino Pérez, el brasileño Ricardo Kaká, llegaba al Santiago Bernabéu en el verano de 2009 para triunfar de blanco, tal y como había hecho en Milán durante seis años, donde había llegado a convertirse en el mejor jugador del planeta (Balón de Oro en 2007).
Un brasileño atípico, casado, alejado de la noche y de la mala vida, y muy religioso, evangelista para más señas. Un niño bueno con cara de tal, cuya elegante zancada y preciso disparo lo habían llevado al Olimpo del fútbol.
El propio presidente electo del Real Madrid en aquel momento, Florentino Pérez, realizó una inversión nunca antes vista en la gestión deportiva, e hizo llegar a la capital española en apenas dos meses al mejor jugador de la Premier League (Cristiano Ronaldo), al mejor de La Ligue (Karim Benzemá) y al mejor del Calcio (Kaká), para formar un épico Real Madrid.
Sin embargo, Kaká no funcionó en su primera temporada en España, tampoco en la segunda, se atragantó con una pubalgia y llegó al Mundial de Sudáfrica medio cojo con una lesión de rodilla de la que después tuvo que operarse.
La pretemporada de 2011 ha sido la primera en poder completar con el equipo, y su rendimiento ha ido in crescendo en cada partido disputado hasta la fecha — «La prensa ensalza el contragolpe del Madrid» –.
Kaká procedía de Italia, de una liga venida a menos en los últimos años, con escasa competitividad y con el catenaccio por bandera en casi todos los equipos. En su etapa en Milán (2003-2009), el talentoso mediapunta carioca no disputó menos de 35 partidos en ninguna temporada, con una media de 15 goles por año en la suma de competiciones.
El ’22’ actuaba de segundo punta en muchas ocasiones, o de centrocampista ofensivo en otras, siempre con llegada y siempre con pocas responsabilidades. El ucranio Andrei Shevchenko y el italiano Pippo Inzaghi fueron los arietes que más agradecían las asistencias del genio brasileño.
Más de dos años después de su llegada a Madrid, Kaká parece haber confirmado su resurreción futbolística a base de goles y buen juego, así como su reeducación en el terreno, por haber empatizado con el fútbol en España y haberse transformado en la figura que el Real Madrid necesita y que un día fue.
KAKÁ VUELVE A UNA CONVOCATORIA DE LA ‘CANARINHA’
El nombre de Ricardo Kaká apareció entre los seleccionados por Mano Menezes para disputar los próximos compromisos de la selección brasileña ante Gabón y Egipto. El último partido del ‘diez’ con Brasil databa del Mundial de 2010, puesto que no fue convocado para disputar la Copa América de selecciones del pasado verano.
La mejoría del excelso mediapunta no ha pasado inadvertida para el seleccionador carioca, que sabe de la importancia del mediapunta del Real Madrid en un equipo que en la última competición importante fracasó estrepitosamente (perdió en cuartos de final ante Paraguay).
LA PRENSA ESPAÑOLA CREE EN EL NUEVO KAKÁ
Dejando de lado la necesidad de vender periódicos, el brasileño Ricardo Kaká ha demostrado que no se trata de un espejismo su supuesta recuperación. Los periodistas que analizan la información del equipo blanco observan con recelo la mejoría del jugador y se congratulan por su gran estado de forma.
Un caso concreto es el de Julio César Iglesias, prestigiosa pluma del periodismo español, que a través de la tertulia de ‘Intermedio’, en Radio Marca, ha definido con extraordinaria agudeza el ‘caso Kaká’ — AUDIO –:
«La última temporada de Kaká en el Milán jugó básicamente de palomero. Quiere decir, que los demás corrían y él esperaba y se colocaba. Pero en aquel Milán podía hacer lo que le diera la real gana, porque estaban Gatusso y compañía, y él hacía su jugada modelo, la típica de Kaká, se pegaba su carretita y con eso alcanzaba. Y así vino, se encontró con una Liga muy fuerte como ha dicho Marcelo Lippi, con que eran mucho más duros los entrenamientos y las exigencias […] Ahora está pareciéndose a lo que fue en el Milán»
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