"He comenzado un proyecto y quiero terminarlo, si me dejan. Por eso mi firmeza es total, nada ni nadie va a desviar la mano firme que tengo"
No es especialmente conocido el técnico del Atlético de Madrid, Gregorio Manzano, por su aceleración, tensión exacerbada y mucho menos por su agresividad dialéctica. El entrenador jienense, de hecho, es todo lo contrario, el hombre templado, dialogante y cortés. Pero la situación dramática que se vive en el seno rojiblanco está sacando a cada personaje de su lugar habitual, y Manzano ha descubierto su lado más exaltado.
Tras el golpe ante el Espanyol, el director de orquesta del equipo realizó un pequeño periplo por algunas emisoras de radio para explicar la tesitura actual, puesto que muchos medios le colocaban en el disparadero —«La cabeza de Manzano va a ser el regalo de Reyes»–. Pero fue en conferencia de prensa, antes del partido europeo ante el Rennes galo, cuando estalló. Manzano, más ‘Mourinho’ que nunca, enfadado con la prensa y con el entorno atlético por las críticas recibidas, alzó la voz:
«Si ganan dentro de casa, ¿por qué ‘leches’ no ganan fuera? Reconocemos que estamos siendo un desastre fuera de casa en Liga y pedimos disculpas, pero son los mismos jugadores que en casa están haciendo un trabajo fantástico en todas las competiciones».
«No me sobrepasa nada de lo que leo, escucho o veo. Para lo bueno es el mejor club de España pero para lo menos bueno es todo lo contrario».
«He comenzado un proyecto y quiero terminarlo, si me dejan. Por eso mi firmeza es total, nada ni nadie va a desviar la mano firme que tengo».
«Estoy decepcionado conmigo mismo, porque soy responsable de estos futbolistas. Mi autoexigencia me la hago cada día, llevo trece años y nadie me ha regalado nada. No miro a nadie por encima del hombro, no he ganado la Champions ni la UEFA pero siempre he sido autocrítico. Cuando pierdo, pierdo yo».
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