Camacho: "Perdí mucho dinero al irme del Real Madrid"
Honesto como suena, como es, José Antonio Camacho pasó el miércoles 28 de diciembre de 2011 por el plató de Punto Pelota para ofrecer una entrevista sincera, profunda y auténtica con un porrón de titulares apetitosos. El seleccionador de China dice siempre lo que piensa, sin rodeos, sin miedos.
No le hace falta ser políticamente correcto ni ocultar nada porque, básicamente, no tiene nada que esconder en un mundo, el del fútbol, que conoce como la palma de su mano, primero como jugador y luego como entrenador. Ha estado en los banquillos de cinco equipos y dos selecciones, España y China, un país donde también se puede, dice, comer chuletones, y donde se levanta a las tres de la madrugada para seguir la Liga BBVA.
Es madridista de corazón, club que le dio todo como jugador y no tanto como entrenador. En una primera ocasión estuvo firmado pero renunció antes de iniciarse el campeonato. Años más tarde, Florentino le contrató pero Camacho volvió a renunciar después de tres jornadas. «Perdí mucho dinero saliendo del Madrid», dijo el de Cieza, que admitió que «Florentino nunca impuso a ningún jugador».
Camacho tiene aquello olvidado y ahora sigue al Madrid como aficionado. «Va a ganar la Liga BBVA este año. Es cierto que el Barça dio un golpe en el Bernabéu, pero si el Madrid aguanta este chaparrón le veo como campeón. Está muy fuerte y mentalizado», agregó, aunque admitió que el equipo azulgrana vive un momento «muy grande». «Este Barça está entre los mejores de la historia. Los número están ahí. Esperemos que pase pronto… aunque para mí el Madrid es el mejor», advirtió.
Camacho se refirió también al duelo entre los cracks de Madrid y Barça. «Lo que le falla a Cristiano es que existe un chico que se llama Messi». Y reclamó un homenaje a Del Bosque por parte del Madrid. «Se merece algo especial cuando le entreguen la insignia del Madrid. Tanto él como su equipo», dijo, y desveló que «yo voté a Del Bosque como mejor entrenador del mundo».
El técnico murciano confirmó que en Osasuna «hay un grupo (los radicales) que no quieren saber nada de España» y repasó su momento más duro, la muerte súbita de Feher cuando estaba en el Bénfica: «Tuve que parar el autobús para decirles que había muerto. No sé ni como lo hice. Luego nuestro grito de guerra era su nombre: Feher».
Originalmente publicado en La Gaceta.