Denaes alerta de la instrumentalización del evento y pide respeto para el Rey
Lejos de remitir, se intensifica la preocupación entre los miembros del Cuerpo Nacional de Policía de cara a la final de Copa de fútbol que se celebrará en Madrid este 25 de mayo de 2012.
Las fuentes policiales aseguran temer un «cóctel explosivo» en las calles de la capital de España.
A la preceptiva preocupación que acarrea la llegada a una ciudad de varias decenas de miles de seguidores hay que sumar, según estas fuentes, el hecho de que entre los aficionados del Fútbol Club Barcelona y el Athletic de Bilbao acudirán radicales dispuestos a utilizar el partido para lanzar sus proclamas independentistas y sus severas críticas a la Monarquía.
Pero otros dos grupos de radicales pueden elevar la tensión por encima de lo soportable en Madrid. Se trata de los alborotadores antisistema que se podrían sumar a las protestas independentistas y los grupúsculos de extrema derecha que podrían manifestarse contra los nacionalistas.
La mera posibilidad de que todos ellos concurran en una misma ciudad preocupa a las fuentes mencionadas.
Como ayer recogió este diario, la Policía ya investiga movimientos de los antisistema. Pero considera que todavía es pronto para saber qué despliegue habrá que poner en marcha el día 25 de mayo.
Aunque hay que esperar a que los agentes presenten sus informes tras completar sus pesquisas, las citadas fuentes policiales dan por hecho que el partido será declarado de «alto riesgo».
Anteayer trascendió que colectivos independentistas vascos y catalanes se han puesto en contacto, para preparar una protesta conjunta el día de la final de Copa. Reclamarán la oficialidad de las selecciones vasca y catalana.
Y para ello, entre otras cosas, en el estadio Vicente Calderón se escucharán miles de silbidos contra Don Juan Carlos.
Libres de pitar al Rey
La instrumentalización de la final de Copa será la reedición de lo acontecido en el año 2009. Entonces, Athletic de Bilbao y FC Barcelona se enfrentaron en el mismo acontecimiento deportivo, aunque con distinto escenario.
En el estadio valenciano de Mestalla, las aficiones de ambos clubes protagonizaron una estruendosa pitada al himno nacional y a Su Majestad el Rey. Los hechos fueron denunciados por la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes), cuya querella fue inadmitida por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz.
El magistrado alegó que los pitos entraban dentro de la libertad de expresión y en ningún caso podían considerarse injurias al Rey. Fue en julio de 2009. Desde ese día, los españoles son libres de pitar en público y de forma organizada al jefe del Estado y al himno español. Algo que, sin duda, volverá a repetirse en el estadio Vicente Calderón el próximo 25 de mayo.
La propia Denaes tomó este 15 de marzo de 2012 cartas en el asunto, advirtiendo de lo que le espera a la capital de España el día de la final. A través de un comunicado, la organización que preside Santiago Abascal muestra su «inquietud» por la más que probable «reproducción de los incidentes que grupos radicales provocaron en la final de la Copa del Rey de 2009».
Tal y como recuerda Denaes, pitaron «al himno nacional en el momento de su interpretación y usaron símbolos y banderas anticonstitucionales».
«Las autoridades deben tomar medidas para garantizar la interpretación, dentro del respeto, que el himno nacional merece o la persona de la figura del Rey», solicita la fundación en el texto.
Asimismo, invitan a las aficiones de ambos equipos, «con arraigo en toda España», que no sean pasivos con esos grupos radicales que «sin interés alguno en el deporte, sólo pretenden utilizar la final como altavoz de sus reivindicaciones de corte secesionista».
Por último, Denaes informa de que, como ya hizo en 2009, está analizando «qué tipo de medidas, incluidas las de orden jurídico, se pueden tomar en el caso más que previsible de que los incidentes se reproduzcan».
Abascal recuerda que «situaciones parecidas en países vecinos como Francia provocaron» en su momento «un gran debate nacional y la toma de decisiones que han desembocado en que dichos incidentes no se reproduzcan de nuevo».
NOTA.- leer artículo original en ‘La Gaceta’