Fue tal la repercusión de 'La Quinta del Buitre' que en una presentación los periodistas dejaron solo a Gutierrez Mellado tras la entrada de Butragueño en el acto
Julio César Iglesias (Zamora, 1944) ha sido una de las voces radiofónicas más importantes de las últimas décadas en España, gracias sobre todo a su estancia en RNE, donde desarrolló la mayor parte de su trayectoria. Sin embargo, los aficionados al deporte siempre le recordarán por un artículo escrito para el diario El País y que llevaba por título: ‘Amancio y La Quinta del Buitre’, término con el que inmortalizó la irrupción de cinco jóvenes jugadores del Real Madrid liderados por Emilio Butragueño.
Iglesias, que en la actualidad colabora en Marca, repasa, en esta entrevista con Periodista Digital celebrada el 30 de mayo de 2012, toda su vida profesional
- «VINE A MADRID PARA ESTUDIAR INGENIERÍA DE CAMINOS, PERO DESCUBRÍ QUE ME GUSTABA POCO»
- LOS COMIENZOS: LA FUNDACIÓN DE ‘EL PAÍS’
- AÑO 1983: ‘AMANCIO Y LA QUINTA DEL BUITRE’
- UNA TRAYECTORIA LIGADA A RADIO NACIONAL DE ESPAÑA
- VUELTA A LOS DEPORTES CON LA VICTORIA DE AZNAR EN LAS ELECCIONES
- AÑO 2000: SUSTITUYE A CARLOS HERRERA AL FRENTE DE ‘BUENOS DÍAS’
- ¿APARTADO DE LAS MAÑANAS POR POCA AFINIDAD CON EL PP?
- AÑO 2007: EL ADIÓS A RTVE
«VINE A MADRID PARA ESTUDIAR INGENIERÍA DE CAMINOS, PERO DESCUBRÍ QUE ME GUSTABA POCO»
«Como era natural en aquella época no se toman las decisiones, te vienen impuestas. Yo vivía muy feliz, estuve muchos años residiendo en Fermoselle, lugar del que muchos me consideran paisano y en realidad lo soy aún habiendo nacido en Zamora. Pero mis padres eran maestros. Se trasladaron a Madrid a continuar desempeñando su profesión juntos, querían participar en las tareas educativas en el mismo colegio. Yo vine por delante, como avanzadilla, a estudiar Ingeniería de Caminos. Y en aquel viaje descubrí que en realidad aquello me gustaba poco. Siempre me gustó mucho escribir y comunicar. Yo no era consciente, pero algún amigo que tuve entonces, periodista, me abrió los ojos y me señaló este camino que empecé a seguir».
«Para hablar con rigor no voy a decir que estudiaba Caminos, más bien estaba matriculado. Fíjate, las cosas en la vida muchas veces son la consecuencia de casualidades o de episodios que parecen casualidad. Un vecino mío en Salamanca, porque allí estudié dos años, era boxeador. Se enfrentó a un compañero de Madrid. Me presentó al compañero de Madrid. Cuando yo me trasladé a Madrid inicié mi amistad con ese compañero, con el rival de mi amigo de Salamanca, ellos eran compañeros, circunstancialmente se enfrentaban pero tenían la consideración de amigos. Así que este amigo, Pepe Herranz, que terminó siendo campeón de España del peso Gallo, me presentó a un periodista, José Vicente Hernáez, y un día Vicente se acercó, estábamos en un guateque de los de la época y me metió en el bolsillo de la chaqueta un papel que resultó ser un cheque con un valor de 6.020 pesetas. Y yo pensaba que era una broma. En un momento dado le pregunté: » Oye, ¿qué es esto?» Y dice: «mira este es el importe de la matrícula en el primer curso de periodismo. Porque tú, aunque no lo sepas, eres periodista». Él trabajaba en ‘Informaciones’. Me dijo esto porque él sabía que yo solía escribir textos cortos sobre personajes que conocía en Madrid . Yo pateaba mucho las calles, conocía distintos ambientes, todo menos estudiar y él conocía muchos de aquellos escritos. Entonces él tomó la decisión, o decidió, que mi vida debería ser encauzada de esta manera. Estamos hablando de principio de los años 70″
LOS COMIENZOS: LA FUNDACIÓN DE ‘EL PAÍS’
«Aquel era un periódico en el que coincidió mucha gente joven de una misma promoción. Eso no es una circunstancia banal porque existía una facilidad grande para formar equipos dentro de la redacción. Nos tocó vivir una época especialmente importante para la profesión: la Transición política. Una época muy convulsa. Una época que se distinguía especialmente porque no sabíamos que iba a ocurrir al día siguiente. Teníamos asociado el terrible fenómeno del terrorismo. ‘El País’ lo pagó con una vida y con lesiones para toda la vida de alguno de sus trabajadores»
«Yo tenía un horario de mañana y en una de ellas pues se oyó una explosión, alguien había mandado un paquete bomba y que le costó una mano a una de las personas que estaba junto al paquete y la vida a la otra, nada menos. Así que, me tocó vivir esa época en una redacción en la que nos sentíamos todos partícipes de la situación como verdaderos testigos de lo que ocurría. Por tanto, nos propusimos son formularlo previamente, contar aquello que ocurriera y hacerlo con pasión convencidos de que aquello era necesariamente importante»
[…]
Cuando sale ‘El País’ a los kioscos el formato no parecía muy atractivo. Se dijo rápidamente que este periódico tan gris no podía funcionar.
«Entonces había, y todavía hay hoy, pero entonces había periódicos en huecograbado que le daban una importancia grande a la imagen, a las ilustraciones y en aquel formato todo iba del negro al blanco, pasando por distintos grises. Con mucho plomo en medio, con mucho escrito. Mucha gente pronosticó que ‘El País’ no tenía futuro. Nos encontramos nosotros con la sorpresa, porque para nosotros también lo fue, de que mucho antes que se cumplieran los plazos previstos, el periódico comenzó a arraigar, a hacerse un sitio en la sociedad. Y eso era como una devolución de la intensidad con la que se trabajaba, de la emoción en el trabajo.»
Yo siempre he creído que el periodismo es una profesión para entusiastas. He creído siempre eso y que el entusiasmo es el ingrediente básico del periodista y era lo que había precisamente en esa redacción
AÑO 1983: ‘AMANCIO Y LA QUINTA DEL BUITRE’
«El primer trabajo que yo tuve ‘serio’ fue en Marca. Era entonces un becario sin beca. Nunca cada mes ganaba una misma cantidad de dinero, nunca sobrepasé las 4.700 pesetas mensuales. Me encargaba de una página, entonces era la página de boxeo. En un momento dado me ofrece el diario de la competencia, el diario AS, un contrato con un sueldo. La diferencia entre ganar un sueldo y no ganarlo era muy importante porque te sugería que por fin tenías un grado de estabilidad en la vida. Y entonces, acepté esta oferta. Allí estuve dos años y de allí pasé a la sección de deportes del diario ‘El País’. Cuando llevaba unos meses en la sección de deportes, decidí dejar el deporte y dedicarme a la información general.
[…] Entonces tuve un primer destino que fue el dominical de El País donde coordinaba las colaboraciones. Y de ahí pasé a la sección local. En un momento dado El País pone en el mercado los suplementos sobre economía y trabajo, sobre deportes, cultura, ocio…va poniendo en el mercado suplementos que van encartados en el periódico del día y uno de ellos es el de deportes. Entonces me proponen, no sé si fue el propio Cebrián el que me lo propuso o alguien en su nombre: queríamos encargarte el artículo semanal. Así que yo empecé a escribir el articulito semanal y un día recibí una llamada del jefe de sección, de Juanjo Fernández y dice: oye Julio, ¿por qué no nos haces algún reportaje?. Y me dice: ¿sobre el Madrid? y digo: no, no, yo sobre el Madrid ahora no quiero hacerlo porque el juego del Madrid me parece muy aburrido, si queréis os lo hago sobre la cantera. Entonces me dice: hombre como lo vas hacer sobre la cantera de un equipo en una página del diario El País. Y digo: bueno, no pasa nada, yo, desde luego, sobre el Madrid no lo hago porque en este momento esta era una cosa que yo hacía por gusto. No había, repito, un interés económico. Y eso le dije: yo sobre el Madrid, en este momento, no quiero escribir».
«Vuelve a llamarme. Entonces le dije a Juanjo: oye por qué no le encargas a alguien por ejemplo a Pacho Unzueta que era corresponsal de El País, delegado se decía entonces, en Bilbao que haga algo sobre la cantera vasca; a Emilio Pérez de Rozas que creo recordar que era delegado en deportes en Cataluña, que haga algo sobre la cantera catalana y yo algo sobre la cantera de aquí…Y entonces escribí un artículo que habría podido escribir cualquier aficionado. Se tituló ‘La Quinta del Buitre’. Tuvo una ilustración que era una foto en la que había que decir quién era Butragueño. El pie de foto decía algo así como Butragueño es el jugador rubio sentado el tercero a la izquierda que mira al entrenador. Y les pareció, creo yo, una desmesura. Titular ‘La Quinta del Buitre’ sin decir más…, así que le metieron delante dos palabras: ‘Amancio’ y ‘y’. No son mis palabras. El resto del artículo sí es mío. Pero era oportuno poner Amancio y porque era muy conocido, era el entrenador del naciente Castilla de aquel momento. Y me encontré con una enorme sorpresa. Inmediatamente después me piden un segundo artículo de ‘La Quinta del Buitre’ para el dominical. No tenía ninguna preocupación que no fuera dar una visión personal de un grupo de jugadores que no existía».
Elegí a esos futbolistas porque me parecían originales, me parecían originales y diferentes. Yo como espectador temía que se impusiera el fútbol a la alemana que estaba muy de moda
«Yo quería poner en valor cualidades como el ingenio, la creatividad, la frescura…elegí cinco porque pensé llamar en aquel momento al grupo ‘quinta’: en aquel momento se estaba poniendo de moda la quinta velocidad de los coches y también Butragueño tenía una velocidad seca. Además eligiéndo a cinco de ellos todo era coherente. Y ya cuando me pidieron el segundo reportaje que fue cuando dije: aquí paro.
«El día que se publica ‘Amancio y La Quinta del Buitre’ me llama el preparador físico del Madrid, Jesús Paredes. En el reportaje yo le daba, así, casi textualmente, «diez minutos a Di Stéfano [en ese momento, entrenador del Real Madrid] para subir a esos jugadores al primer equipo y ponerlos de titulares». Cuando me llama Paredes me suelta: «el jefe quiere hablar contigo».
«Y yo pensé, malo, así que le contesté: dile que tengo un brazo escayolado. Pero Paredes replicó: yo creo que está de acuerdo, es más, quiere verte mañana. Total que al día siguiente me citó junto al Bernabéu, en la terraza del restaurante José Luis. Llegó antes él y eso es terrible con Di Stéfano, porque tiene la oportunidad de mirarte de arriba y abajo y con cada barrida que te hace disminuyes diez centímetros. El me preguntó: «Si subo estos tipos al Real Madrid y fracasan, ¿qué?» Y yo le dije: «pues nada, le dice usted a los periodistas que está preparando el fútbol del Siglo XXI».»
«Me comentó que iba a subir a cuatro pero no a Míchel. El Madrid hizo un buen papel en todas las competiciones pero no ganó ningún título. Salió Di Stefano del Madrid y llegó Amancio, el entrenador del Castilla. Míchel había ganado la Liga de Segunda con el Castilla, y eso habiendo desaparecido los otros cuatro [Sanchís, Butragueño, Martín Vázquez y Pardeza] . Amancio al llegar al Madrid reclamó a Míchel también y ya se reunió el grupo»
«En aquel momento faltaban en España figuras del rock, y pienso yo que los seguidores, la gente joven se identificó con estos chicos que eran personajes urbanos que estaban haciendo sus carreras, o estaban en el instituto, y se identificaron con ese grupo que además divertían a la gente: ganaban partidos divirtiendo a la gente y aquello fue una explosión»
«En la presentación de una revista estaba el Teniente General Gutiérrez Mellado y estábamos los periodistas hablando con él sobre el 23-F y en ese momento apareció Butragueño, pues bien, los periodistas que estaban rodeando a Gutierrez Mellado le dejaron solo, creo que me quedé yo solo con él, y se fueron a rodear a Emilio Butragueño».
UNA TRAYECTORIA LIGADA A RADIO NACIONAL DE ESPAÑA
«Yo creo que fue en el año 76. Aconsejado por mi amigo José Vicente Hernáez, que hacía una colaboración en RNE, me ofrecí como reportero. Entonces me encargaron un reportaje sobre la operación salida. […] Hice el reportaje, se emitió en ‘Diario hablado’ y durante mucho tiempo, durante meses, no volvieron a llamarme; y pensé que no les había gustado aquello. Pero en un período de vacaciones volvieron a llamarme otra vez y ya me quedé en la redacción. Ahí fue donde me comprometí mucho con el periodismo, muy pronto me ofrecieron presentar el programa local, entonces se emitía para lo que es hoy la Comunidad de Madrid, para toda Castilla y León y para una buena parte de Castilla- La Mancha. Todo me sucedió muy rápidamente»
«En un momento dado, Alejo García, que en paz descanse, que era el director de ‘Directo, directo’, fue nombrado director adjunto a la red de emisoras y jefe de informativos. Y me vino a ver un día a El País y me dijo: quiero proponerte que dirijas y presentes el programa ‘Directo, directo’. En un primer momento le contesté que a mí lo que me gustaba era escribir. Cuando Alejo volvió a llamarme por segunda vez le dije: bueno me lo voy a pensar. Alejo viene a buscarme a la redacción de El País y yo ya sé que me voy a marchar, en ese momento lo sabía yo sólo, pero lo sabía. Y tuve que hacer una cosa que era tremenda, llamar a la secretaria del director, que era Juan Luis Cebrián, y decirle que quería ver a Juan Luis y, además, le adelanté, tenía confianza con ella, creo que le adelanté: es que me voy a ir del periódico, además me voy a ir enseguida y se lo quiero decir.»
«El periódico estaba a punto de crear ‘Radio El País’, y había una reunión a la una de la tarde y había sido yo convocado además, puesto que trabajaba en RNE para dar mi opinión. Entonces me veo en la reunión de la una, con Juan Luis Cebrián en la cabecera de la mesa, y allí estaba Rafa Fraguas, creo que Karmentxu Marín…estábamos varios de los redactores del periódico y a mi los dedos se me hacían huéspedes porque Alejo García estaba esperándome abajo para llevarme a RNE. Y, recuerdo, que Juan Luis me dijo: ya estoy enterado de todo pero cuéntanos qué te parece, qué opinas de la idea de ‘Radio El País’ y no me preguntes qué fue lo que dije porque estaba totalmente desbordado, cuando acabó la reunión me despedí.»
A pesar de un breve paréntesis en la SER, emisora que le fichó en 1986 para conducir ‘El Carrusel del Mundial’ [aquel campeonato del mundo donde Butragueño consiguió la gesta de marcar en un mismo partido cuatro goles a la todopoderosa Dinamarca] y posteriormente, ‘Hora 25’, ‘La Ventana del Deporte’ y ‘La Ventana Indiscreta’, Iglesias acabó regresando a RNE:
«Yo estaba en RNE y ahora dirigía ‘España a las 8’. El director de RNE en aquel momento era Diego Carcedo y el de Informativos, Antonio San José. […]
«Y me llamó, no sé si Diego Carcedo o Antonio: oye queremos que haya tres periodistas, y estés tú con nosotros… vamos a invitar a distintos personajes, vino Aznar, vino Felipe González. Y yo vi rápidamente que aquello tenía mucha repercusión, estaba al día siguiente lo que habían dicho estos personajes estaba en la portada de todos los periódicos.»
«Gana las elecciones Felipe González. Diego Carcedo me propuso dirigir la mañana, salir de ‘España a las 8’ y empezar a dirigir la mañana de 9 a 1 de la tarde. La SER había comprado entonces Antena 3 Radio y me propuso volver; yo me había comprometido ya con Diego Carcedo.»
«Este espacio incluía por entonces ‘Los Desayunos’ que eran equivalentes a otros programas que se hacían en las restantes cadenas con ocasión de elecciones, pues nada, propuse hacer ‘Los Desayunos’ como primera hora, con Antonio San José, Diego Carcedo, yo y un invitado; bueno, pues aquello, efectivamente, funcionó mucho. […] Y ahí sigue la fórmula que, como preguntabas al principio, no ha cambiado, básicamente mantiene los segmentos.»
VUELTA A LOS DEPORTES CON LA VICTORIA DE AZNAR EN LAS ELECCIONES
«Yo seguía con mi columna semanal en ‘El País’ y entonces me propusieron dirigir ‘Tablero deportivo’. Y lo dirigí durante un año [1998] y lo pasé muy bien. Allí estaban mis compañeros Agustín Nuñez, Santiago Peláez, Iñaki Cano…»
«Y descubrí varias cosas, descubrí por qué era tan difícil hacer entrevistas buenas a pie de campo, no había tiempo, la urgencia obligaba al reportero a coger del cuello al personaje y hacerle tres preguntas rápidas porque se iba, así que fuera críticas a los reporteros que trabajan a pie de campo»
«Yo lo pasé muy bien rodeándome de quienes habían sido mis ídolos en distintas etapas de mi vida, y allí me percaté que había un personaje encantador. En Barcelona, los dos redactores eran Germán García y Pedro García. Ese era un personaje al que esclavizábamos, un personaje al que se le decía: oye fulano, acércate que te vamos a preguntar sobre el partido de ahora y tal. El tipo este tenía una paciencia…, se ponía los auriculares durante 20 minutos y esperaba a que se le hicieran un par de preguntas, por ejemplo, sobre la alineación. El personaje en cuestión se llamaba José Mourinho.»
Era una persona encantadora y sospecho que en la distancia corta seguirá siendo así porque yo nunca he conocido a nadie con más paciencia que el Mourinho de aquella época. Fíjate, faltaban 30 minutos para comenzar el partido y el tío encantador, además nos contaba todas las claves: va a salir fulano por la derecha, mengano no juega. No omitía ningún dato
AÑO 2000: SUSTITUYE A CARLOS HERRERA AL FRENTE DE ‘BUENOS DÍAS’
«La franja de las mañanas tenían una competencia durísima. Estaba Luis Herrero y luego Federico Jiménez Losantos en COPE; Iñaki Gabilondo en SER; Luis del Olmo en Onda Cero…Es más, Carlos Herrera había dejado unos índices de audiencia muy altos y con un prestigio muy asentado, hablo del programa ‘Buenos días’, muy asentado, con un respeto enorme para el profesional que lo había resuelto inmediatamente antes. Pero yo venía de tirarme a la piscina vestido varias veces y tenía previsto, no ahogarme, pero si naufragar y pedir socorro en un momento dado; así que acepté aquel encargo y la etapa fue extraordinariamente buena, buenísima.»
De ese período de tiempo yo me siento, la palabra no es orgulloso, pero si me complace recordar lo que fue aquello, porque fue una etapa buena en todos los sentidos y fue, además, una etapa muy exigente, muy tensa; ahí hay que dejarse las neuronas peladas necesariamente.
[…]
¿APARTADO DE LAS MAÑANAS POR POCA AFINIDAD CON EL PP?
En 2002, Iglesias fue sustituido por Antonio Jiménez, actual presentador de ‘El Gato al Agua’ en Intereconomía. En aquel momento se rumoreó que la razón del cambio fue porque el PP, que gobernaba en ese momento, le tenía por alguien poco afín. Él nos lo explica:
«Yo no lo sé. A mí no se me dio esa explicación. Yo venía de cambiar de horario media docena de veces antes, para mí no era una novedad cambiar de horario»
«En aquel caso a mí se me propone una novedad que era un programa de deportes, otra vez de noche, se titularía ‘La Ola’ e hizo un gran esfuerzo la casa con aquel programa, buscó una cabecera musical encargándosela a un profesional de la música; bueno, me fui con mi equipo a hacer aquello. Y cómo se sabía que yo disfrutaba mucho más de la información general o del periodismo generalista, en un momento dado, me dijeron que si quería continuar en el horario de noche, tal como había hecho en SER con ‘La Ventana al deporte’ y después ‘La Ventana indiscreta’.
«A mi nadie me dijo: oye te cambiamos por esto. Nunca me lo dijeron. Luego volvieron a pasarme otra vez a la mañana. Yo sí tenía clara una cosa, yo nunca iba a hacer radio, mi trabajo, contra nadie; a mí nadie podría pedirme eso y nadie me lo pidió; si alguien me cambió de sitio sabía eso, que yo trabajaba a mi manera, con todas las consecuencias. Por otro lado, había una hora, la hora de la tertulia, en la que había un grupo numeroso de tertulianos, cinco días a la semana, cuatro tertulianos por día, 20 tertulianos a la semana. Yo me preocupé de decir, cada vez que me encargué de un programa de este tipo, que los tertulianos no eran tertulianos seleccionados por mí, tertulianos con muchos de los cuales tenía afinidades personales y tengo yo una amistad extraordinaria porque, repito, nunca he hecho mi trabajo contra nadie. Pero yo advertía que yo estaba allí para plantear temas y planteaba lo que yo quería plantear de verdad; eran, por otro lado, los que la actualidad imponía. Y yo lo que hacía era repartir el trabajo, nunca jamás, nunca jamás, opiné sobre nada, nunca.»
«Era estrictamente moderador, esos eran los tertulianos que tenían RNE, y eso fue lo que hice siempre con todas las administraciones; es decir, que la última administración con la que estuve en RNE fue con la administración Zapatero, pero antes estuve con la administración Aznar, exactamente lo mismo»
AÑO 2007: EL ADIÓS A RTVE
«Yo tenía la decisión tomada de quedarme. Es más, mis compañeros estaban en el ecuador de su vida profesional, tenían años y años por delante y yo mismo, yo no me sentía más autorizado profesionalmente que el primer día, lo digo en serio. Y en ese año, en 2007, se produce el famoso ERE: había dos fórmulas. Una era la fórmula de la prejubilación, quien se acogiera a esa fórmula cobraría un dinero, el que se estipulase, eso se había negociado todo, pero no podría trabajar en radio o televisión. Y había una segunda fórmula que, digamos, era universal; que entonces estaba sujeta a mejores condiciones durante el ERE, durante la duración de aquel periodo; y eso consistía en que te ibas y podías hacer lo que quieras, te ibas con tu indemnización, la que los sindicatos habían pactado, la que te correspondiera, aplicando una escala y, eso me enteré tardíamente; y me apunté cuando sólo faltaba un cuarto de hora. Había una ventanilla, me apunté cuando faltaban minutos, creo yo, para cerrar aquello. Si me hubiera tenido que jubilar, me habría quedado con todas las consecuencias. Pero no, no había que jubilarse, así que me apunté, tuve dos propuestas de trabajo, acepté una de las dos, que es la que ahora estoy disfrutando ahora, en el diario Marca»
«[..] Creo que fue una pérdida muy grave para RNE, y lo que yo crea no importa, esto me lo dicen compañeros actuales que siguen en RNE. Claro, si se produce esa descapitalización humana, los profesionales son un activo de la casa y más cuando se han formado allí, la conocen perfectamente, pues tienen razones para conocer la solución a muchos problemas profesionales, ¿cómo es posible que, de pronto, haya una ruptura en esa carrera de relevos, o por relevos, que es la profesión, en la que cada cual va dejándole el testigo al siguiente?. Yo creo que [el ERE de 2007] ha dañado mucho a RNE, ¿cómo se arregla eso? Con tiempo, el problema es que, si algo no te ofrece la o profesión, es tiempo; así que mi solidaridad para todos los trabajadores, los nuevos y los antiguos, que sigan en RTVE»
**Entrevista realizada con la colaboración de Roberto Cid Rascón, Marina López y Estefanía Simón.