Los madrileños de los años 20 y de principios de los 30 fueron unos grandes seguidores del balompié. Al contrario que otros libros donde pareciera que en esta época sólo se estaba pendiente del calendario a ver cuándo llegaba el 18 de julio de 1936, el inicio de la Guerra Civil Española, José María Báez y Pérez de Tudela muestra en Fútbol, con e y democracia (Editorial Alianza) a una sociedad no tan preocupada por los vaivenes políticos de la época y sí por la irrupción de actividades de ocio como podía ser el fútbol.
Y es que la profesionalización de este deporte contribuyó a que tuviese un salto de calidad como nunca se hubiese imaginado:
«Es verdad que había equipos que clamaban por la permanencia de este deporte como algo amateur, defendiendo otros valores que no fuese el dinero. Pero al final, cuando hay conjuntos como el Madrid o el Barcelona que pagaban por tener a los mejores jugadores en sus filas era muy difícil mantener un campeonato no profesionalizado».
ZAMORA, EL PRIMER FICHAJE MEDIÁTICO
«Lo que fue el coste del fichaje Ricardo Zamora, fueron 150.000 pesetas, que es una barbaridad. Yo no es que tenga los datos exactos, pero la sensación que debió de tener la sociedad de la época es que su fichaje generó incluso más expectación que el de Cristiano Ronaldo».
«Nosotros estamos acostumbrados a fichajes desorbitados; pero en aquella época era romper una barrera que nunca se había planteado, que hubiera un dineral tan enorme para que una persona jugara. Pero ¿qué era lo que pasaba? Que el Real Madrid tiene el estadio de Chamartín, quiere competir con los grandes equipos y tiene que tener grandes jugadores y, entonces, por eso, efectivamente, fichó a Zamora que era ya el portero más famoso, el único deportista que, en aquella época, se podía comparar con los toreros en fama y en popularidad».
FINAL DEL AMATEURISMO MARRÓN
«Este fenómeno se llamó así porque había jugadores que compaginaban el fútbol con otras actividades. De hecho, hubo futbolistas que tenían que pedir permiso en sus trabajos para poder competir con sus equipos. Poco a poco, los dueños de los clubes, al tener también empresas, les hacían contratos como si estuviesen trabajando para una compañía, pero en realidad estaban todo el día ya entrenando con el equipo de fútbol».
EL DESTINO INMOBILIARIO DEL ATLÉTICO DE MADRID
«Sí, un destino vinculado a promotores inmobiliarios, como ahora. El problema es que tuvo el Atlético de Madrid en esos años 20 es que el estadio Metropolitano no era suyo, sino precisamente de los dueños que construyeron el Metro de Madrid. Ese hecho hacía que el equipo, de repente, tuviera que cambiar de estadio porque a los propietarios del estadio, cuando a ellos les interesaba, metían otro tipo de competiciones o de espectáculos».