"En el caso de Camacho, el saludo final de la familia fue muy folklórico pero no deja de ser un protagonista futbolístico. Fue gracioso"
La periodista de Mundo Deportivo Mónica Planas, experta en televisión deportiva y sus entresijos, se lo ha pasado en grande durante la recién finiquitada Eurocopa de Ucrania y Polonia. En primera instancia, Planas quiso analizar con exactitud la retransmisión del torneo a cargo de Mediaset, y después calificó uno por uno a los periodistas que desempeñaron tal responsabilidad —«Manu Carreño, excesivo cheerleder con la Roja y Paco González, rústico, prescindible y sobrevalorado»–.
Fruto del propio torneo continental por selecciones, se dieron en la televisión nacional dos circunstancias especiales y significativas. El seleccionador chino, José Antonio Camacho, en Telecinco, y el periodista Tomás Roncero en ‘Punto Pelota’, participaron de las pertinentes emisiones acompañados de su familia, más numerosa en el primer caso y más efusiva en el segundo. Mónica Planas plasma su opinión en un nuevo artículo cuyo título despeja todas las dudas —Los Roncero y los Camacho–:
«Con España campeona de la Eurocopa dos personajes muy vinculados emocionalmente a la selección han expuesto a sus familias en la televisión».
Sobre Camacho: «Empezó con la bandera española colgada en el comedor y después festejando la victoria con una familia muy (pero que muy) numerosa. Fue gracioso».
Sobre Roncero: «Como no tuvo bastante con el show de la noche anterior, llorando de emoción, esta vez fue su esposa la que tomó el relevo del espectáculo. Y alucinamos bastante».
A partir de entonces, el periodista del diario AS, Tomás Roncero, se convierte en el centro de la diana para las acometidas de Planas. Roncero, eso sí, dejó en la misma semana dos momentos especialmente relevantes en el programa de Intereconomía ‘Punto Pelota’, llorando como una magdalena emocionado con la Roja primero —Tomás Roncero se echa a llorar tras el triunfo de la Roja: «¡Esta es la España que todos queríamos!»–, y siendo su esposa la protagonista del espacio televisivo en el segundo —La mujer de Tomás Roncero revoluciona ‘Punto Pelota’ al grito de «¡Viva España, coño!»–.
Expuestos los casos, la columnista de Mundo Deportivo, llega a las conclusiones pertinentes:
«Mostrar a la familia tiene una carga simbólica. Es demostrar que el sentimiento está en el ADN. Que es una cuestión de casta».
«En el caso de Camacho, el saludo final de la familia fue muy folklórico pero no deja de ser un protagonista futbolístico. En el caso de Roncero, todo es más relativo porque el periodista se convierte en personaje de TBO. El periodista se diluye para conseguir abanderar el sentimiento español y madridista. ¿Cuántos periodistas exponen a sus familias en los medios? ¿Qué necesidad hay de mostrar una faceta privada a la audiencia?»
«Simplemente es el súmmum de la ostentación pública de que nadie les gana en pasión y devoción a los colores. Es el macho Alfa que exhibe ante el resto de la manada su capacidad en perpetuar la especie en el estado más puro».
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