Y, desde el cockpit, Vettel se puso a aplaudir. No fue un gesto deportivo y menos de alguien que puede ser tricampeón en Brasil sólo con terminar cuarto. Nada más cruzar la línea de meta el piloto de la eterna sonrisa le mostró así su enfado a Lewis Hamilton por el adelantamiento que apartó al Red Bull de la victoria y mantiene a Alonso vivo en el Mundial. —SIGA LEYENDO EN LA GACETA—
Le molestó que le rebasaran sin mucho problema usando el DRS, y fue producto de la menor experiencia que tiene el brillante y veloz germano a la hora de pasar a los doblados.
Tuvo problemas al perder algo de tiempo con Karthikeyan y Hamilton aprovechó como un caimán para adelantarle. Por la radio estaba furioso nada más perder el liderato: “¡Ha sido un adelantamiento estúpido, gracias al DRS”. Y su ingeniero intentó calmarle.
Al terminar, y después de ese feo gesto del aplauso y un poco de mal perdedor, le volvió a decir al equipo que la derrota no tuvo que ver con su pilotaje: “Gran trabajo chicos, hicimos todo lo que pudimos y el único error que cometimos no fue culpa nuestra”.
Sebastian fue líder buena parte de la carrera y ahora no tendrá que ir a Brasil casi de vacaciones. De 20 puntos de ventaja que tenía en sus manos a sólo 13. Alonso perdió tres puntos en el Mundial, pero el efecto fue similar a los tres que él mismo le arrebató a Vettel en Abu Dabhi. Nadie en Austin daba un duro por la remontada de un renqueante Ferrari, al que curiosamente le sacó todo el fin de semana un pelín más rendimiento Massa.
Sin embargo, la presencia del asturiano junto al líder del Mundial en la foto del podio fue un golpe para la moral de Red Bull. Tanto Vettel, como su equipo y los periodistas alemanes se veían campeones en Estados Unidos. Y lo tiene bien, pero se avecina lluvia en Brasil y jugarse el título a una carrera suele deparar sorpresas.
La remontada de Alonso se cimentó esta vez en una salida planetaria. Una inteligente maniobra de su escudería al hacer penalizar a Massa quitándole el sacrosanto precinto del cambio le permitió ganar una posición al asturiano y salir por el lado limpio.
El resto fue una catapulta roja encaramándose a la colina y pasando por fuera a tres coches. El toque de genialidad del día. Alonso estaba satisfecho de llegar vivo a Brasil:
“Otro día muy bueno para nosotros, intentando salvar los muebles después de un fin de semana de nuevo difícil donde no fuimos deprisa en ningún momento. Hay que estar contentos de perder tres puntos con Sebastian en un fin de semana así (terminamos a 30 segundos de la cabeza). Llegamos a Brasil con todas las posibilidades del mundo. Ganaremos o perderemos, lucharemos por el título hasta la bandera y llegaremos a Sao Paulo pensando que podemos ganar el título”.
Todo es posible en Interlagos…
