Javier Tebas Medrano (San José de Costa Rica, 1962). Este es el hombre que el viernes 26 de abril de 2013 fue proclamado presidente de la LFP (Liga de Fútbol Profesional). El abogado, licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza, será el quinto mandatario de la institución que agrupa a los clubes profesionales de nuestro balompié, creada en 1983, tras Manuel Vega-Arango, Antonio Baró, Pedro Tomás y José Luis Astiazarán, con el que ocupó la vicepresidencia.
Su llegada a la primera línea era esperada al haber sido la suya la única candidatura al cargo. Tebas, que fue impulsor del llamado G-30, que reúne a treinta clubes de Primera y Segunda División para la negociación conjunta de sus derechos audiovisuales, es visto con una mezcla de desconfianza por una parte de la profesión periodística, en concreto la radiofónica, por haber sido el abanderado de la imposición del canon a las emisoras para entrar a los campos de fútbol; y de escepticismo por los aficionados de aquellos conjuntos para los que ha trabajado como abogado y que estuvieron (o están) en Ley Concursal, como Rayo Vallecano, Mallorca, Xerez, Valladolid y Huesca. Alguno, como el combinado gaditano, con serias posibilidades de desaparecer.
Pero, ¿qué problemas, deportivos y mediáticos, se encontrará una vez convertido en el hombre fuerte de la LFP? Aunque la ciudad griega que lleva su mismo nombre era famosa en la antiguedad por sus siete puertas, en este caso son cinco, y no siete, los retos que debe superar para poner orden en lo que algunos ya han llamado ‘burbuja del fútbol’ y que amenaza con llevarse por delante a clubes, operadoras…y aficionados.
Evitar otra ‘guerra del fútbol’: el futuro de los derechos deportivos
Lo declaró Tebas recientemente en una entrevista con Mundo Deportivo: «El futuro de los derechos de TV pasa por evitar los convulsos años que pasamos con las guerras de los operadores». Se refiere el abogado a la -hasta el momento- última ‘guerra del fútbol’, que se inició en 2006 tras la firma de un acuerdo entre Mediapro y Audiovisual Sport (Sogecable+TV3) para explotar conjuntamente este negocio.
En aquel momento se acordó que la productora de Jaume Roures pagaría a la Liga para producir los partidos. Uno lo emitiría en abierto el canal que lo quisiera comprar, otro Canal Plus y el tercero una digital de pago (que sólo podía ser Digital Plus, porque no había otro). A cambio, PRISA debía pagar 150 millones de euros a Mediapro.
Tras la aparición de laSexta, Mediapro compró por su cuenta los derechos de emisión de los principales equipos, entre ellos, los del Madrid y el Barça, algo que PRISA, dueña de Canal Plus y Digital Plus, entendió como un incumplimiento de contrato. A partir de ahí, la Liga, con Tebas ya de vicepresidente, impidió la entrada de las cámaras de PRISA y sí permitió el acceso a las de Mediapro con el argumento que Roures sí había pagado, algo que no hizo el conglomerado de Juan Luis Cebrián al dar por roto el acuerdo. Todo acabó judicializado hasta que la sentencia de 2010 obligaba a pagar a Mediapro una millonada a PRISA, lo que llevó a Jaume Roures a declarar el concurso de acreedores para evitarse dicho desembolso.
Ahora convertido en presidente, Tebas quiere evitar que este tipo de guerra entre operadoras se vuelva a repetir. Pero hay un problema. Una de ellas (PRISA) ya ha declarado que quiere rebajar los precios. De seguir adelante con sus intenciones, Tebas ya ha reconocido que la LFP está en la obligación de trabajar en un plan B. Se sentará a negociar con las operadoras aunque su planteamiento de salida será no ceder ante todas las exigencias de aquellos que, según él, han inflaccionado el fútbol.
Hasta el momento, las operadoras siempre han cumplido con los clubes. Es más, han pagado lo que tocaba y cuando tocaba. Algo llamativo viendo el estado de sus cuentas. Para Tebas, la causa de la crisis de PRISA y Mediapro no es el fútbol, aunque es consciente del delicado momento que atraviesan ambas, que siguen sin remontar. Para muestra un botón: mientras que en el Reino Unido hay diez millones de abonados que pagan por ver el fútbol, en España hay unos tres, a pesar de las ofertas que han aparecido en el mercado con el objetivo de alcanzar nuevos clientes. Este año, sin ir más lejos, Canal Plus regaló la Champions League a aquellos que contrataran su servicio de pago por los partidos de Liga.
Sobre todo ello, sobrevuela un rumor: Al Jazeera amenaza con desembarcar en el fútbol de pago de nuestro país y hacerse con los derechos de los clubes. Por de pronto, en Francia, la cadena de televisión catarí acaba de conseguir los derechos de la liga gala, competición donde Qatar ya controla al club que previsiblemente se alzará con el campeonato doméstico, el PSG. Y a Tebas, tal y como comenta a sus colaboradores, no le gustan «los jequecitos». Los considera dañinos. Pero no tiene mecanismos para impedir su desembarco.
Volviendo a España, de momento, aunque el anhelo habitual de muchos aficionados es volver a los años de una competición doméstica más competitiva, con equipos con el Atlético, Valencia o Deportivo en disposición de ganar el título, lo que se lograría con una redistribución de los derechos más igualitaria, lo cierto es que entre los planes de los máximos gestores no pasa debilitar a los grandes aunque se busquen fórmulas para equilibrar mejor. Madrid y Barcelona son, al fin y al cabo, las locomotoras de nuestro fútbol y desde la LFP se entiende que su pérdida de fuerza a nivel internacional debilitará a resto.
La cuestión del partido en abierto
El futuro del partido en abierto es cuanto menos, incierto. Tebas ha hecho público su pensamiento respecto a ello, en más de una ocasión: si fuera por él, lo quitaría ipso-facto: «No existe en el resto de Europa», declaraba recientemente en Marca. Actualmente este tipo de encuentros está en manos de Mediaset, que, a través de Cuatro, lo emite desde el pasado 1 de abril. El acuerdo entre Paolo Vasile y Mediapro, la empresa que sigue explotando los derechos audiovisuales de la Liga, es para lo que resta de temporada y dos más y se cerró en torno a los 14 millones de euros, una cifra a la baja ya que en el paquete están excluidos los partidos de los equipos más potentes de la competición, como los que participan en competición europea.
Además, aquellos a quienes tiene en el punto de mira Tebas es a todas las televisiones que dan los goles de la jornada los sábados y los domingos. Para el abogado, los resúmenes de los partidos estarían valorados en 150 millones de euros. Una desventaja que tienen los clubes españoles respecto a la Premier, por ejemplo. El ahora presidente de la LFP considera está cuestión vital para acelerar el pago de la deuda que arrastran muchos de ellos a Hacienda y a la Seguridad Social.
El conflicto con las radios
No lo tendrá fácil, si la LFP sigue empeñada en hacerles pasar por el aro. Si cuando ‘solo’ era vicepresidente de la Liga, la mayoría de las emisoras le tenían como el responsable de promover el canon a las radios para entrar en los campos de fútbol, ahora que es presidente, el choque volverá a producirse cuando conozcamos una sentencia. Javier Ares, de Onda Cero, siempre fue muy crítico con él: «El señor Tebas vive de asesorar a los clubes de fútbol para que se acojan a la Ley Concursal» (declaraciones a Periodista Digital, septiembre de 2011).
La LFP exigió hace ahora dos años a las radios que cubrían los partidos en Primera y Segunda que debían pagar un canon para explotar el derecho a la información que «acababa produciendo un beneficio económico para las cadenas»: Tebas y Astiazarán (en aquel momento presidente), consideraban que esos derechos generarían 5 millones de euros al año que pensaban distribuir de la siguiente manera: 30% para la propia Liga y 70% para Mediapro, que, argumentaban, había cedido la gestión pero no los beneficios que se generasen. Este empeño que ponía Tebas en lograrlo hizo que Paco Gónzález, director de ‘Tiempo de Juego en la COPE’, le calificase como «el hombre de Roures».
Tras una temporada convulsa, la de 2011/2012, con los profesionales de las radios narrando los partidos desde los estudios pues tenían vetada la entrada a los campos, el Gobierno que ya presidía Mariano Rajoy consideró que había que preservar el derecho a la información y decretó el regreso de las emisoras «a cambio de una contraprestación económica en concepto de gasto y uso de las instalaciones». Fue una especie de intento de querer contentar a todos que no resultó pues la Liga anunció que recurriría. El tema está judicializado y durante el presente año las radios han vuelto a los campos, a la espera de lo que dictaminen los tribunales.
Los horarios de los partidos de fútbol
Han sido otra fuente de críticas, tanto por parte de los aficionados, como por la de los responsables de los ‘carruseles’ radiofónicos. Tebas está de acuerdo con ellos. «Los propone Prisa y los decide la Liga», no se cansa de repetir. En la LFP están convencidos que así se permite que todos los ciudadanos puedan ver a todos los equipos.
Y no van a cambiar. Aunque ir un domingo al fútbol las 21 horas no parezca la mejor hora -por no hablar del partido de los lunes, en los que estamos acostumbrados a ver las gradas desiertas-. Y en cuanto le recuerdan a Tebas que en Inglaterra sí se juegan varios partidos a la vez, él contesta que son los que no se televisan, por eso los campos también se llenan.
Su objetivo a lo largo de su mandato será cuidar ‘la otra grada’. Esto es, no solo se cuidan al aficionado que va al campo, sino al que también ve el fútbol por televisión.
El posible amaño de encuentros
Saliendo de las cuestiones mediáticas, y entrando puramente en la cuestión deportiva, es uno de los compromisos de Tebas como nuevo presidente de la LFP. El caso es que resolver el hipotético amaño de los encuentros es un problema que de momento solo ha denunciado él. Como vicepresidente se ha atrevido a dudar de la honorabilidad del cien por cien de los equipos, pero también ha añadido que es algo que no ha podido demostrar.
Para Tebas, el arreglo de partidos deben de ser como las meigas, que haberlas, haylas, aunque muchos no las hayan visto. Difícil escenario, por tanto, el que se encontrará ante sí. Cinco retos de magnitud a superar. Por el bien de nuestro fútbol, le deseamos la mejor de las suertes.