El festejo -mezcla de feria, botellón y discoteca móvil-, que recorrió las principales arterias de la ciudad ante miles de aficionados entregados, tenía como elemento central tres autobuses descapotables
Tiene mérito que lo diga él, azulgrana hasta la médula, pero Carles Fité tiene personalidad y criterio. El tertuliano de ‘Punto Pelota’ se mostró indignado este 13 de mayo de 2013 con el espectáculo que dieron los jugadores del Barcelona durante la rúa de celebración del título de Liga.
«No me parece bien que los jugadores del Barcelona, que son un ejemplo, den esta imagen de borrachos, todo el rato bebiendo».
«Yo soy el primero que salgo de fiesta, pero no llego borracho a Punto Pelota. Para mí el mensaje es que si no se emborrachan no hay fiesta. Si os parece bien que ese sea el mensaje del fútbol español…».
Según Fité, no es adecuado que los futbolistas del Barça den esa imagen en público:
«Se puede hacer una fiesta privada, una cena o lo que sea. Suerte que no ha habido discursos. Es una vergüenza ajena que los jugadores no puedan casi ni hablar».
El FC Barcelona, vigente campeón de Liga, celebró el título con una rúa en autobús descapotable que ha teñido de azulgrana las calles de la capital catalana ante medio millón de personas, según cifras de la Guardia Urbana.
La plantilla azulgrana había insistido en las últimas semanas en que quería «dar valor» a la Liga conquistada, la vigésimo segunda del club catalán en toda su historia, y, visto el despliegue festivo, la plantilla demostró valorar por todo lo alto dicho logro.
El festejo -mezcla de feria, botellón y discoteca móvil-, que recorrió las principales arterias de la ciudad ante miles de aficionados entregados, tenía como elemento central tres autobuses descapotables, el primero de ellos con la plantilla del Barça femenino, también campeonas de Liga este año; el segundo, con el equipo de Tito Vilanova; y el tercero y último, con un grupo de música que puso al recorrido azulgrana el ritmo de una sonora batucada.
Tres horas tardó en recorrer la comitiva el trayecto entre el World Trade Center, situado en el puerto barcelonés, y la Plaça del Doctor Ignasi Barraquer, no muy lejos de un Camp Nou que esta vez no acogió el cenit del festejo, que se aplazará hasta el final del próximo Barça-Valladolid de Liga.
Anoche, en el plató de ‘Punto Pelota’, el madridista Tomás Roncero insistió en que «los culés no tienen nada que celebrar».
Desde Barcelona, el siempre azulgrana Quim Domenech, mandó las imágenes más chocantes, inéditas y curiosas de la ‘rua’.
DOCE DETALLES DE LA FIESTA CULE
- Con el trofeo de Liga en la cabecera del autobús empezó el recorrido que a punto estuvo de empezar con un guiño cómico del destino, cuando Piqué, con el trofeo en sus manos, a punto estuvo de emular el trágico destino de Sergio Ramos.
- El central fue advertido in extremis por sus compañeros, cuando pasaban bajo una plataforma del puerto justo sobre sus cabezas. Por suerte, la desgracia, y las bromas que hubiera acarreado, se evitaron providencialmente.
- Lo que no pudo evitar Piqué, según ha explicado TV3, es que sus compañeros de equipo le quitaran los calzoncillos, presumiblemente para lanzarlos a fans del jugador. El central tuvo que descender de la parte descubierta del autobús para conseguir una pieza de recambio.
- Otra de las anécdotas la protagonizaron Alves, con una boina de los Mossos d’Esquadra, y Alex Song, con una de la Guardia Urbana, fueron los más incansables durante todo el trayecto.
- Aunque nada comparable al joven Marc Bartra, que dio una exhibición de baile, cánticos y saludos y sonrisas continuas a una afición que pedía a gritos un gesto de sus ídolos, para inmortalizarlo en los móviles que poblaron el panorama.
- Tito Vilanova, que esta vez sustituyó el pañuelo de su cuello por una bandera azulgrana anudada, no se separó de Jordi Roura y Aureli Altimira, y fue uno de los más coreados.
- Iniesta y Xavi, los más tranquilos, no se cansaron de saludar desde el lateral del bus. «Esto es brutal. No tengo palabras», repetía el manchego.
- El popular Gangnam Style desató los bailes de todo el equipo. Poco se vio, sin embargo, al lesionado Leo Messi, que estuvo en muchos tramos en la parte inferior del vehículo. Cuando subió con el resto, estuvo comedido, pero siempre sonriente.
- Con menos afluencia que en otras celebraciones, los lugares que agolparon a más aficionados fueron un abarrotado monumento a Colón, así como el tramo entre Plaça Urquinaona y Passeig de Gràcia, donde las calles literalmente se volvieron azulgranas, con un torbellino de confeti flotando en el aire.
- La masa azulgrana pidió a Valdés que se quedara en el club, cantó el himno a viva voz junto a los jugadores -Cesc, Alba y Alves se desgañitaron- y coreó los nombres de Tito, Puyol, Messi y Abidal.
- Y, como estrellas del rock, recibieron decenas de regalos de los aficionados, desde camisetas para firmar, que algún seguidor se ingenió para hacerles llegar con palos extensibles, hasta balones, guantes, banderas o, incluso, ropa interior, algo que desató el cachondeo entre los jugadores.
- Ya de noche, culminaron su trayecto, algunos de ellos incluso bajando del bus descalzos, como Puyol o un aturdido Piqué. La fiesta para ellos continuó hasta muy avanzada la noche.