Alfonso Ussía deja a Neymar tiritando en La Razón, el diario de Planeta:
Neymar, que no es mucho mejor que Tello y no supera a Pedro en ningún aspecto, es lo que se llama un fichaje de honor, una contratación desdichada para impedir que se incorporara a otro equipo, lo cual, gracias a Dios, no ha sucedido. Pero su falta de interés y su tristeza en el juego, como la melancolía porteña de Messi, son consecuencia del Mundial.
El columnista cree que el bajo rendimiento del brasileño y de Leo Messi es a causa de la proximidad del Mundial de fútbol:
No exponerse, no lesionarse, jugar a medio gas y cobrar todo lo que les pongan por delante. Eso tan sencillo, como los nenúfares.
Los entendidos buscan afanosamente las causas del bajo rendimiento, y ninguno apunta al motivo más sencillo, al enigma más fácil de descifrar. El Mundial de Brasil. Neymar y Messi están en otra cosa que a principios de la temporada. Cobran puntual y con larga generosidad de su club, pero sus ambiciones se reúnen en la albiceleste argentina y la «canarinha» brasileña disputando un partido sobre el césped de Maracaná.
Y como es habitual en él, le recuerda a los Joan Laporta, Sandro Rosell, Pep Guardiola y demás individuos tan encantadísimos de haber pertenecido a un club que se opuso a la Dictadura lo bien tratado que era el Barça por Franco:
Los Gobiernos de Franco ayudaron mucho al «Barça», y el Generalísimo recibió a sus Juntas Directivas con hospitalidad y frecuencia. Franco no era del Real Madrid, sino de Gento. Y se las tuvo tiesas con Bernabéu, que fue un cazurro liberal y empecinado.