Una noche en 'El Chiringuito de Jugones'

Josep Pedrerol y su ‘dream team’ meten un gol a la prensa deportiva

A las diez y media de la noche la sede que acoge a Antena 3 y La Sexta está a mitad de camino entre el laberinto del Minotauro y esos pasillos de peli de terror americana

Cuando desconecto del todo es cuando publico mi reflexión de la jornada

El silencio se corta en un edificio vacío. Hasta que se llega al área que acoge a los muchachos de Josep Pedrerol. El Barça-Atlético de Madrid está en sus últimos momentos y todo el equipo está pendiente del final del partido.

Varias pantallas muestran los movimientos de los equipos y los comentarios vuelan. Contrastan José Damián González, más pasional, y Jorge D´Alessandro, que, como un Buda argentino, calla sin perder ripio.

Los demás, sin embargo, andan con un ojo a la televisión y otro al ordenador. Al fin y al cabo, en apenas una hora desde el final del partido El Chiringuito sale al aire en Nitro y hay que apretar.

La mayor parte de los miembros del equipo, los que hacen posible que cada noche salga al aire el heredero del Punto Pelota, llevan desde las cinco de la tarde preparando el programa del día.

La jornada -como comprueban in situ  los enviados especiales de ‘El Semanal Digital’– no se acaba hasta después de la emisión y los comentarios posteriores, con lo que, fácilmente, pueden finalizar casi a las tres de la madrugada.

La gran familia

«Lo mejor de este programa y de este equipo es el compañerismo», asegura Elías Gallego, productor del mismo y señor Lobo (´Soluciono problemas´) del mismo.

La misma idea tiene Josep Pedrerol: «Son gente magnífica. Gente joven, que se han convertido en un grupo de amigos. Disfrutan con lo que hacen y creo que eso se nota».

La mayor parte de ellos proceden de la etapa de Intereconomía, capitaneados por Carlos Pecker («es como nuestro padre», aseguran) a los mandos de la realización, auxiliado por Julio Gimeno. La edición, infartante, corre a cargo de Javier de la Peña junto a Zarek Boda.

Pedrerol destaca de su equipo que son ´gente magnífica. Disfrutan de lo que hacen y se les nota´.

Por allí andan redactores como Fran Echeve, Borja Mazarro -encargado de los asuntos del Atlético de Madrid-, Diego Plaza -de los internacionales-, Nacho Peña -para el Real Madrid- y Juanfe Sanz, encargado de la sección arbitral.

En la producción, Gonzalo Fuertes, que lo mismo consigue una chaqueta que pide taxis o dispone una Coca Cola Zero para algún tertuliano sediento.

El enlace directo entre la redacción y Pedrerol corre a cargo de Quim Domènech y de José Damián González.

Por último, pero no por ello menos importantes -todo lo contrario-, los cerebros del éxito de El Chiringuito en redes sociales como Twitter. Tres personas se hacen cargo del asunto: David Vicente, responsable de las cuestiones web del programa, Álvaro Martín y Alberto Sarmiento.

Y no es para menos con 432.000 seguidores tuiteros muy exigentes, como reconoce Sarmiento: ´Una simple coma mal puesta y ya nos cae encima la del pulpo. Tenemos que ser muy cuidadosos´.

«Esto es como una gran familia. Es verdad que antes teníamos unos medios más humildes, por lo que llegar aquí fue un cambio enorme», asegura Vicente. «El primer mes nos sentimos de la más raro», apoya Martín.

La maldición del pasillo rojo

Entre unas cosas y otras, se acerca la hora de salir al aire. Hace ya rato que Pecker anda en el control y Pedrerol, tras picar algo, entra en el camerino, donde se prepara como un torero aunque su recuerdo no sea un tendido cuando se le pregunta qué le viene a la mente al señalarle la fecha del 4 de diciembre de 2013.

«Una barrera», contesta. «Sentí que no me dejaban entrar en la que era mi casa. Fue muy duro», asegura sobre aquella noche en que Punto Pelota pasó a convertirse en un walking dead.

«Hace mucho tiempo que deje atrás lo de buscar un medio grande y tal. Ya estuve en Canal Plus con veintitantos años. Buscaba otras cosas y hasta aquel día, mejor o peor, las tuve. Luego eso se acabó y ahora estamos aquí», explica.

El ahora, según parece, no está tan mal. Programa en La Sexta (Jugones), programa en Nitro (El Chiringuito), respaldo de un grupo editorial como Planeta y hasta un suplemento en colaboración con La Razón: «Fue una idea de Paco Marhuenda. Me propuso hacer algo juntos y a mí me pareció que para qué quedarse en mí cuando se podía aprovechar todo el equipo de El Chiringuito».

Con este ritmo, ¿cuándo duerme Pedrerol?

Dormir, duerme, pero Pedrerol echa muchas horas.

«Jajaja. Dormir, duermo, aunque es verdad que le echo muchas horas. Llego aquí sobre las diez para preparar Jugones y luego ya depende un poco del día. A veces me voy a dormir la siesta y otras puedo cenar en casa. Pero también puede pasar como hoy, que me quede aquí a ver el partido. El caso es que me pateo bastante los pasillos rojos», explica, en referencia al color del suelo de la sede.

«Cuando desconecto del todo es cuando publico mi reflexión de la jornada», aclara. ¿Y cómo se le ocurrió el último tuit de la jornada? La explicación es sencilla:

«Fue una idea que me vino en una época en que estaba bastante quemado. Un desahogo, vamos. Luego unos expertos en esto de Twitter me dijeron que era el tuit más seguido y difundido y lo he acabado institucionalizando. ¡Aunque reconozco que a veces me cuesta encontrar la idea!».

El tiempo se acaba. Son las once menos trece minutos y El Chiringuito está a punto de comenzar. Pedrerol sale corriendo hacia el plató en el que espera Irene Junquera y sus contertulios y a uno se le queda la última frase de la entrevista: «El día que esto se acabe me marcharé a Miami».

Mientras tanto, a desgastar suela por los pasillos rojos.

 

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