Segundo tiempo desbocado y partido fantástico

Una valiente Ghana aterroriza a la opulenta Alemania, pero sólo saca un empate (2-2)

Klose llegó a tiempo de salvar un punto ante una Ghana rapidísima y crecida. Götze, Ayew y Gyan marcaron antes

El resultado abre posibilidades a la Portugal de Cristiano Ronaldo

Como escribe Luis Nieto en el diario ‘AS, Alemania, como Italia o Argentina, también es de este mundo y le sobra menos de lo que piensa. Ofreció mucha literatura su sopapo a Portugal, que tuvo tanto de suicidio como de homicidio, pero ante Ghana dominó aburridamente al principio y se vio expuesta después a los supersónicos africanos, valientes hasta la imprudencia.

El partido acabo siendo un conjunto monumental, casi una obra maestra, y el empate, corto premio para los dos.

Y es que Ghana tuvo el nervio, la disciplina y el sentido de la anticipación que le faltó a Portugal. Löw puso a los mismos, incluido el renqueante Hummels, y con la misma misión, pero el partido fue otro.

Muntari y Rabiu, los mediocentros de Appiah, dieron un paso adelante en la presión y entorpecieron el juego en el centro del campo de la selección más territorial de este Mundial. Ese movimiento valiente alejó a Kroos del área y le quitó atrevimiento a Khedira. Alemania tuvo pelota, presión y paciencia, pero hasta que el duelo se abrió en canal le faltó la cuarta P: portería.

A los 25′ Kroos, sin otra salida, largó un cañonazo alto desde 20 metros. Fue el primer detalle en el torneo de que cautivo y desarmado por falta de velocidad en la circulación el ‘tiki-taken’, volvía la Alemania de toda la vida, que siempre fue más cañón que esgrima.

Ghana, que entiende que un Mundial es tierra de oportunidades y que, siendo mejor, le regaló el primer partido a Estados Unidos, se refugió inteligentemente y dio cuartel a Atsu y Asamoah, propulsores a izquierda y derecha. Cuando se alargaron sacaron a la luz que Boateng y Höwedes chirrían como laterales.

Y Gyan, un delantero con oficio, desmarque, buenos movimientos y poco gol, aterrorizó a los germanos. Boateng, en cambio, no se puso para nadie. Con todo, en la primera mitad, el propio Atsu y Muntari despacharon dos latigazos lejanos a los que respondió Neuer. Si hubo motín tras el primer partido, quedó muy disimulado en el campo.

El partido se agitó con dos truenos en tres minutos. El primero de Götze, en cabezazo desairado que le tocó en el muslo antes de superar a Dauda. Thomas Müller, que es carne y pescado, el regaló un gran pase.

Y de inmediato respondió Ayew, este sí con un cabezazo de rompe y rasga en el país de los gigantes. Y antes de que se calmaran las aguas, Muntari, agigantado en el campeonato, le limpió un balón a Lahm y se lo regaló a Gyan, que fusiló a Neuer.

El gol y dos sustos casi inmediatos devolvieron al partido el imperialismo alemán. Entró un nueve, Klose, y metió un gol de nueve, barriendo un balón peinado por Höwedes casi sobre la línea. La mecánica del rematador no se oxida con el tiempo y Klose ya comparte el trono de máximo goleador en los Mundiales (15) con Ronaldo.

El final fue un thriller magnífico. Lo tuvieron Gyan, Thomas Müller, Jordan Ayew y Klose, con el partido desbocado, el hábitat de Ghana y de Özil, que dio todos los muletazos en el cuarto de hora final de agitación. Y no hubo otro ganador que el fútbol.

 

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