El ascenso de Keylor Navas desde que aterrizó en España ha sido meteórico, no solo desde el punto de vista deportivo, sino también desde el económico.
Su valor de mercado ha aumentado significativamente con el transcurso de los años. Sus grandes actuaciones durante la pasada temporada en el Levante así como en el Mundial de Brasil con la selección de Costa Rica han permitido que su valor de mercado sea 50 veces superior al de hace dos temporadas.
El costarricense comenzó su periplo en el fútbol español en el Albacete, que militaba en Segunda división, gracias a las gestiones de Luis Gabelo Conejo, portero que se convirtió en un mito del equipo durante la década de los 90. La cantidad pagada no salió a la luz, pero resultó ínfima.
Keylor Navas era por entonces un portero de 23 años que ya se encontraba en el punto de mira de los ojeadores de los grandes clubes europeos. Tenía un enorme potencial, pero antes tenía que moldearlo. En su primer año en el Albacete realizó grandes actuaciones y se proclamó como uno de los guardametas revelación de la Liga Adelante.
Sin embargo, el conjunto manchego descendió de categoría y tanto el club como el jugador vieron con buenos ojos un traspaso en calidad de cedido en dirección al Levante.
Tras un gran temporada con la camiseta granota, la directiva del club decidió apostar fuerte por hacerse con los derechos del jugador. El Levante pagó 200.000 euros hace dos años por él.
Ahora, el traspaso de Keylor Navas al Real Madrid, cifrado en diez millones de euros, supone la venta más alta de la historia del club.
El jugador ha mejorado sobremanera en todas las facetas del juego. De hecho, la pasada temporada fue elegido como el mejor portero de la Liga BBVA. Gracias a ello su valor se ha multiplicado por 50 en apenas dos años.
Luis Llopis, entrenador de porteros del equipo granota, se deshacía en elogios con Keylor Navas hace algunos meses. «Su mejora ha sido espectacular. Ahora tiene unas cualidades técnicas y tácticas muy buenas.
Desde que llegó ha perdido cinco kilos y ha mejorado su fortaleza física», señalaba el preparador. Las claves del éxito parecen claras: «Es un chico humilde, trabajador y ambicioso. No quiere ser el mejor portero del Levante, sino de la Liga».
