El Real Madrid ha encontrado por fin el tesoro más buscado. Conseguir al futbolista que hiciera todas las misiones de Xabi se antojaba un objetivo imposible. Cuando el club apostó por Kroos, en el seno interno de la casa se pensaba que era el hombre ideal para llevar el timón como lo hace Alonso.
Como explica Tomás González-Martín en ‘ABC‘ este 14 de agosto de 2014, su fichaje era un acierto anunciado. Y sorprende la poca visión del Bayern para no renovar a un jugador que ejecuta el trabajo más difícil en un equipo. Manda con personalidad, dirige con carácter, da pases con precisión al primer toque, roba balones y tapona el contragolpe del equipo rival.
El alemán debutó con los blancos y se puso al frente de la manifestación creativa.
El dirigente que le ha contratado, Florentino Pérez, disfrutó en Cardiff al observar el rendimiento de Kroos. Seguro, fiable, potente, alemán.
Las cuatro palabras definen al medio centro. El presidente pensó al instante que esos futbolistas que triunfan desde el primer día son los que hacen historia en la entidad.
«Cuando fichamos a Ramos y le vimos jugar en su debut, parecía que llevara toda la vida en el equipo. Ahora sentimos lo mismo con Kroos. Parece que lleva diez años en el Madrid. Hizo un partidazo».
Las exhibiciones que ha ofrecido en los entrenamientos eran el preludio de una bonita realidad. Es un espectáculo ver a Kroos dar pases al primer toque sin fallar en los «rondos» de presión que Ancelotti dirige para explotar la rapidez en el juego.
Y a la hora de la verdad ha demostrado una capacidad de recursos infinita para driblar el acoso de los rivales con cambios de dirección inmediata y juego con las dos piernas.
En Cardiff se hablaba del gran error del Bayern y de Guardiola por no valorar al centrocampista en su justa medida y dejarle marchar a un eterno rival de la Champions.
Un líder de 24 años
En Cardiff se hizo el dueño del partido desde el primer minuto. Repartió fútbol a Cristiano, Bale, James y Modric.
Fue el refugio al que los delanteros entregaron el balón cuando la defensa del Sevilla mordía. Aseguró la pelota en poder del Madrid. La escondió, la mareó y lanzo los centros del contragolpe, raudo, a CR7 y a Bale, como el entrenador le pedía.
«Kroos ha estado muy bien», ensalzaba su técnico. El italiano destacó como medio centro en su gloriosa etapa como futbolista y se siente identificado en el alemán.
El máximo responsable del Real Madrid respira tranquilo ante las variantes que le concede el «8». Ya tiene relevo de Xabi. Puede compaginar a los dos y dar descanso alternativamente a uno u otro sin temor a perder el control del juego.
La efectividad del nuevo fichaje no ha dejado de sorprender por su adaptación automática a las estrategias del conjunto. Su capacidad en el corte defensivo y su serenidad para mantener el balón en sus botas hasta dar el mejor pase son virtudes que consolidan ese liderazgo mental que ha impuesto desde su estreno.
El club ha encontrado a un director alemán para organizar con eficacia los pases que exploten el talento latino de Cristiano y de James.
La defensa también se siente cubierta con la colocación de Kroos, siempre en el epicentro del equipo, sin perder la posición. Es el enlace de la zaga para sacar el balón al pie. Todo el juego gira en torno a él.
«Una semana de entrenamientos le ha bastado para rendir», elogiaba el técnico. Su adquisición ha solucionado un dilema que ha durado años. Parecía que Xabi era una especie a extinguir, insustituible.
Ahora ha llegado un hombre de 24 años que tiene el liderazgo de los veteranos para llevar la batuta del campeón de Europa.
