Si en el Real Madrid no consiguen cerrar el debate en la portería, en el Barça la ‘guerra’ bajo los tres palos no ha hecho más que comenzar.
Y es que, a dos semanas para que empiece la Liga, Luis Enrique no ha revelado cuál será su arquero de referencia esta temporada.
Aunque todo apunta a que Claudio Bravo será el titular en Liga después de la lesión que tendrá a Ter Stegen de baja entre dos y tres semanas, lo cierto es que el técnico astuariano no parecía haberse decantado por uno de los dos antes de este contratiempo.
Si en sus planes iniciales contaba con Bravo como titular por ser una opción suya frente Ter Stegen, preferencia de Zubizarreta, el mal partido del chileno ante el Nápoles y la correcta pretemporada del alemán parecían haber cambiado las tornas.
Sabedor de esto, el propio Bravo ha salido hoy al paso de las críticas que lo cuestionan o a las voces que señalan que a día de hoy no sería el teórico titular asegurando que para él «es una tranquilidad que quien me fichara fuera Luis Enrique», palabras que ha dejado ante los micrófonos de RAC1.
El chileno también ha aprovechado para analizar su garrafal error frente al Nápoles, que le costó al equipo la derrota en Italia: «Si hubiera tenido 15 años habría pedido ayuda al psicólogo, pero ya tengo experiencia. No hay que alarmarse».
Preguntado por la sombra de Valdés, Bravo ha respondido que se trata de una situación a la que ya está acostumbrado, ya que en la Real Sociedad tuvo que soportar el legado de Arconada con sólo 23 años.
Aún así, Bravo, de 31 años, ha querido matizar que se lleva «muy bien» con el joven meta teutón y que entre ellos hay «una muy buena competencia, mucho compañerismo y nos ayudamos mútamente cada día».
Pero, pese a los matices, Bravo deja sus cartas boca arriba con estas palabras. Será Luis Enrique quien, una vez recuperado Ter Stegen, tenga que decidir cuál de los dos porteros se convierte en titular y cuál en recambio o cuál de ellos disputa las competiciones más importante.
Una decisión que, de prolongar en el tiempo, abriría un debate como el que no deja de alimentarse cada día en el Santiago Bernabéu.