Mal partido del Barça y mucho teatro.
Fiel a su estilo, los azulgranas exageraron cada vez que sufrían una falta. Así y todo, el momento cumbre del espectáculo ocurrió casi al final.
En el minuto 81 y cuando el 0-0 del marcador desquiciaba a los barcelonistas y el Málaga empezaba a soñar con ganar el encuentro.
El árbitro Hernández Hernández castigó con amarilla para Weligton una discusión con Messi que terminó con el argentino en el suelo, derrumbado como si le hubieran pegado un tiro.
En realidad, lo que hubo fue un agarrón de pescuezo y un un manotazo del defensa.
La explicación de Welington ha sido clara: «Messi me llamó hijo de puta».
Los jugadores del Barcelona, al unísono, pidieron al árbitro que le sacara la roja. Sin éxito.