Vuelven los tiempos revueltos al FC Barcelona. La derrota del pasado sábado ante el Málaga ha abierto de nuevo la caja de los truenos.
Truenos que han retumbado con más fuerza que nunca después de que Leo Messi, Gerard Piqué y el ex blaugrana Cesc Fàbregas (ahora en el Chelsea) fueran cazados en el casino con gesto alegre y despreocupado un día después del choque ante los andaluces.
¿Qué hicieron allí? ¿Disfrutaron de una noche de timbas de póquer y partidas en la ruleta o sólo acudieron a una cena entre amigos de la infancia?
Según el club, fue más lo segundo que lo primero, aunque algunas voces que citan testigos presenciales dicen que los jugadores también hicieron de las suyas en los juegos de azar. Puede que en verdad hubiera algo de las dos, esto es, cena primero, y algo de diversión con las cartas después.
Explica Javier Martín en ‘El Economista’ que, en cualquier caso, hicieran lo que hicieran los tres amigos, las imágenes de este reencuentro (distribuidas por la prensa británica) no han sentado nada bien la Ciudad Condal.
Sectores críticos del barcelonismo se han lanzado pronto a poner en duda a los jugadores culés (esto es, a Messi y Piqué) por aparecer en público de esa forma, alegres y sin el más mínimo rastro de preocupación, apenas 24 horas más tarde de una derrota que pone de nuevo cuesta arriba la liga y en la previa de un duelo (ante el Manchester City) en el que el Barça también se juega sus opciones europeas.
No son las únicas opiniones existentes al respecto. También las hay favorables a este encuentro. Desde la prensa deportiva catalana se defiende a los futbolistas porque no se trató de ninguna fiesta salvaje, sino de una cena entre amigos.
Además, esta reunión se dio no la noche del partido, sino un día después. Estaban en su derecho, entienden desde la prensa catalana.
Y los protagonistas, ¿qué dicen al respecto? Sólo uno de ellos, Gerard Piqué, ha hablado. Lo hizo ayer en la previa del duelo que hoy jugarán en el Etihad Stadium ante el City.
«Vino un buen amigo a Barcelona y pasamos un buen rato», comentó tratando de quitar hierro al asunto. Luis Enrique fue menos diplomático al ser cuestionado por este asunto.
«¿Qué te ha dicho el jugador? Que es parte de su vida privada, ¿no? Pues no hace falta decir nada más», añadió en tono seco el asturiano tratando de zanjar un asunto del que se hablará más si los culés no sacan un buen resultado esta noche.
