El emirato de Qatar confirmó ayer las peores expectativas del FC Barcelona. El actual patrocinador del Barça (lo será, mínimo, hasta el 30 de junio de 2016) ha dejado plantada a la entidad al negarse a firmar la propuesta que le exigían desde la Ciudad Condal para renovar este acuerdo.
Esta negativa mete en serios problemas a las arcas del vigente campeón de Europa, con una deuda que lejos de disminuir, ha crecido, y que tenía en este frente abierto sus mayores esperanzas de poder reconducir el rumbo y mejorar la situación de sus números.
Además, este ‘no’ es también un duro golpe ‘político’ para Josep María Bartomeu. El presidente pretendía someter a votación este pacto en la asamblea de socios que se celebrará este domingo.
El punto, sin embargo, ha sido borrado del orden del día y deja al palco sin una de las promesas con las que renovó mandato a principios del pasado verano.
Esa promesa era sencilla: la camiseta del Barça será la más cara del mundo, esto es, la que más ingresos generará por patrocinio. Y así parecía que sería toda vez que él, Bartomeu, y Qatar, habían sellado un acuerdo verbal por el que el club percibiría 65 millones de euros netos por temporada más 30 de bonus inicial.
Sin embargo, el Manchester United dilapidó esta promesa. Los ingleses firmaron con Chevrolet el desembolso de 71 millones de euros por curso, esto es, 6 más que lo acordado entre Bartomeu y Qatar.
El presidente, entonces, decidió ir un paso más allá para cumplir su promesa. Desde entonces y hasta ahora ha tratado de sacar a Qatar una cifra bastante mayor que la que la compañía americana de coches paga al United.
El club exigía más de 70 millones de euros por temporada para que Qatar Airways (compañía aérea estatal de este país) pudiera continuar luciendo en las zamarras de juego (no en las de entrenamiento) del club.
Desde Doha la respuesta siempre ha sido un rotundo ‘no’ aferrado a ese pacto verbal fijado antes de los comicios.
A principios de semana Bartomeu y José Manuel Arroyo, cuarto vicepresidente y responsable del área de Comunicación y Marketing, viajaron hasta la capital qatarí para, a la desesperada, acercar posturas y hacer que Qatar aceptase sus condiciones. El viaje, con todo, ha sido en vano.
Ayer a última hora de la tarde, el Barça emitió un comunicado a través del cual anunciaba que se posponía la decisión sobre el nuevo patrocinador culé. Tras estas palabras se escondía el fracaso de la delegación barcelonista.
Fracaso en verdad doble porque, además de no haber cerrado el acuerdo con Qatar (habrá que ver si se cierra y en caso de que se consiga, por qué cantidades) tampoco ha habido acuerdo con la empresa de juegos de azar online Botemanía.
El objetivo de la directiva era que esta compañía se ocupase de las camisetas de entrenamiento y sacar a cambio 30 millones de euros. Finalmente, ésta tampoco se convertirá en una vía de ingresos.
La suma de ambos conceptos, de ambos patrocinios, debería haber reportado al Barça cerca de 100 millones por temporada según las cuentas del palco.
Sin esas cifras, el club no podrá afrontar fichajes de forma inmediata y, además, ve peligrar la reducción de una deuda que cada vez se hace más y más grande.
Este curso se ha situado en 328 millones y aunque está previsto que se reduzca hasta los 290 en 2015, la ausencia de estos patrocinios podría provocar que esta reducción no fuera tan pronunciada como se desea.
Para colmo, tampoco ayudará a mejorar los 608 millones de ingresos previstos. El club anunció ayer que trabaja para lograr que, en breve, esos ingresos sean de 1.000 millones de euros. Mientras, la masa salarial de sus futbolistas ya acapara el 70% de los ingresos.