Cristiano en total ha jugado 23 Clásicos y ha marcado 15 goles. Messi lleva 30 duelos ante el Madrid y 21 tantos.
Llega el Clásico, y lo primero de todo es que llega en circunstancias especiales. Hoy será un poco más incómodo acudir al fútbol, pero merecerá la pena. Lo suyo, ya saben, es ir pronto, sin bolsos o mochilas, o en su caso del menor tamaño posible. Y obedecer y respetar a las autoridades en los cacheos y registros.
Y escribe Alfredo Relaño en el diario ‘AS’ que cada rezongue será un retraso, además de resultar injusto para con la persona que está haciendo su trabajo en favor de la seguridad de todos. En los tiempos que corren es más necesario que nunca obedecer a la autoridad y resignarse a unas medidas de seguridad nuevas, en ciertos casos extremas.
Y después, el partido. El Barça viene, ya lo saben, con Messi, aunque no hay seguridad de cuándo saldrá, ni siquiera de si saldrá. Posiblemente dependa de las exigencias del partido, como ocurrió en el Manzanares, donde su aparición produjo un efecto estrepitoso.
Pero el Barça no es sólo Messi. Neymar y Luis Suárez (y los demás) han defendido el cuartel brillantemente. Y más que eso: durante la ausencia del genio argentino, el Barça le ha remontado cuatro puntos al Madrid, afligido por una lluvia de bajas que terminó por alcanzar incluso el puesto que le venía siendo más esencial: la portería.
Pero eso acabó. Benítez se encuentra de repente con todos curados. La incógnita es qué equipo hará. La parte de atrás se da por más o menos clara, pero para los seis puestos de media y delantera hay muchas dudas. ¿Jugará Casemiro? Supongo que sí, lo considera el escudo de la media.
Cristiano, Bale y Modric son seguros. Y Kroos, pienso yo. Quedaría una plaza para James, Isco, Benzema, que vive su raro apuro (ayer declaró Valbuena) o Jesé. Hoy sabremos cuál es el equipo-tipo de Benítez. Y una curiosidad: ni Bartra ni Nacho, los centrales números tres y cuatro de la Selección, están citados.
