La empresa norteamericana de ropa deportiva Nike ha decidido ‘jubilar’ a Cristiano Ronaldo como su máximo icono mundial en el planeta fútbol. Su sustituto será un Neymar, al que se otorgará a partir de 2016 galones de líder por encima de CR7.
Los motivos de este cambio son sencillos: mientras que el brasileño ha explotado definitivamente en un Barça en el que incluso compite con Messi por el trono de mejor jugador del mundo, Cristiano ha descendido notablemente su rendimiento hasta empezar a otear el final de su carrera deportiva después de dejar, presumiblemente, el Real Madrid a final de temporada.
La web especializada ‘Marketing Deportivo’ ha sido la encargada de filtrar las intenciones de Nike en lo que en realidad se trata del final de un proceso abierto hace ya casi dos años.
En el inicio de 2014, en la sede de la compañía se produjeron varias reuniones para decidir qué estrategia se seguiría de cara al Mundial que se celebraría en Brasil. Había dos opciones.
La más arriesgada era la elevar a los altares a Neymar en detrimento de Cristiano. Arriesgada porque Neymar sí que era entonces un ídolo en Brasil, pero no en el resto del mundo. Nadie sabía su potencial.
Cristiano, por el contrario, venía de ser un jugador consolidado que, para colmo, había ganado su segundo Balón de Oro. Así las cosas, se decidió por usar una estrategia mixta, esto es, usar a Cristiano como principal figura, pero dar un papel protagonista a Neymar.
Fue así como se llegó a la cita en la que ni uno, ni otro, lograron grandes éxitos con sus combinados nacionales. Tras el evento, se continuó con esta apuesta hasta que en, en junio de 2015, entraron de nuevo las dudas de qué hacer.
Neymar acababa de ganar el triplete, mientras que Cristiano se había quedado en blanco pese a ser nombrado, otra vez, mejor jugador del planeta. Poco más tarde, la lesión de Messi emergió en el panorama blaugrana.
Neymar asumió su rol de líder del Barça y lo hizo, además, con un fútbol brillante de rendimiento eficaz. Mientras, en paralelo, Cristiano vivía una crisis deportiva y extradeportiva.
Su fútbol no brillaba como antaño y, para colmo, en el Bernabéu nacían roces con Benítez e incluso con su presidente que invitan a pensar que su adiós en junio es una opción factible. Sus 30 años y la perspectiva de una retirada cercana (él mismo habla de cinco años más jugando al fútbol antes de colgar las botas) le dejan en una posición delicada.
Así pues, en Nike han decidido que es el momento de un relevo que se hará efectivo en breve, con motivo de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en los que, presumiblemente, participará el brasileño. Será su bautismo de fuego comercialmente hablando.
