Si hay algo que preocupa a Luis Enrique del partido de vuelta de los cuartos de final de la Champions League que disputarán esta noche el Atlético de Madrid y el Barcelona en el Calderón es que el juego concluya con 2-1 y que sea necesario el lanzamiento de penaltis para conocer la identidad del ganador.
El técnico azulgrana, que lleva toda la temporada trabajando con el tema de los penaltis sin encontrar la solución, es consciente de que el Barça llevaría las de perder si se llega a un tanda de penaltis.
Las estadísticas están ahí y le conceden un claro favoritismo al Atlético de Madrid, que en esta temporada ha lanzado diez penas máximas, transformando nueve. El Barcelona, por su parte, ha lanzado veinte penaltis y sólo ha marcado en la mitad de ellos, diez. Queda claro que en este terreno la superioridad colchonera es rotunda.
Además, a favor del Atlético juega que en octavos de final ya necesitó de los lanzamientos de penaltis para dejar fuera al PSV. En esa ocasión el Atlético se vio obligado a lanzar ocho penas máximas y transformó las ocho. El único fallado a lo largo de la temporada fue obra de Griezmann.
En el Barça, en cambio, Messi ha lanzado ocho y ha fallado cuatro; Suárez lanzó tres y fallo dos; y Neymar lanzó nueve y marcó en cinco ocasiones.
Las fuerzas están muy desniveladas en este terreno. Se entiende que Luis Enrique esté obsesionado por marcar dos goles en el Calderón, lo que evitaría la prórroga y el martirio de los penaltis. Conscientes del peligro del Atlético en su faceta atacante, el Barça no saldrá esta noche a defender el resultado sino a marcar goles. Es la estrategia de Luis Enrique para pasar la eliminatoria y evitar los temidos penaltis.
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