Neymar está nervioso. Las cosas no le salen en el terreno de juego, en donde no es capaz de rendir al nivel que exige su contrato, y a la espera de decidir su futuro, que cada vez parece más lejos del Camp Nou, aprovecha su titularidad por real decreto para mostrar su peor versión. Neymar no está bien, a su juego le falta frescura y le sobran malos modales.
Su víctima de ayer fue el defensa del Valencia Barragán, con quien mantenía un desencuentro después del último choque de Copa que les enfrentó.
Entonces Neymar le dijo a Barragán: «tú te callas, que yo cobro diez veces más».
Ahí comenzó todo. Anoche, en el Camp Nou, prosiguieron las descalificaciones entre ambos, con entradas duras que el árbitro no fue capaz de cortar.
Neymar, visiblemente nervioso y fuera de sus casillas, le dirigió palabras subidas de tono a Barragán al término del partido, en el túnel de vestuarios, y le dio un manotazo en la cara.
El defensa levantino tuvo que ser sujetado para no responder a la provocación.
El jaleo que se montó en el túnel fue de campeonato y sólo la intervención de los compañeros de ambos jugadores evitó que ambos se liaran allí mismo a tortas.
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