El encuentro entre ambos equipos estuvo cuajado de polémica. Sobre el campo, el arbitraje del colegiado Jonathan Moss no dejó a nadie indiferente por las expulsiones y los dudosos penaltis señalados.
Tanto fue así que el padre portero del Leicester, Peter Schmeichel, ex del Manchester United, se preguntaba si «¿este árbitro está drogado?»
El padre de Kasper Schmeichel siguió descalificando a Moss, al comentar que «lo siento, pero éste debe ser el peor árbitro de la historia».
Pero no fueron los únicos incidentes, ya que los dirigentes del West Ham, David Sullivan y David Gold, que acudieron al King Power Stadium para presenciar el partido tuvieron que ser protegidos ante el acoso y los insultos de los aficionados del Leicester.
Los directivos y sus familias tuvieron que ser trasladados por su propia seguridad, ya que el incidente amenaza con desbordarse.
“Nos sentimos muy amenazados y mi pareja y los niños sentían miedo ante tanta inseguridad. Creo que ha sido la peor sensación de mi vida. Hemos hablado con los responsables del Leicester y nos han dicho que van a investigarlo”, declaraba Sullivan.
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