El Real Madrid se juega la temporada (otra vez), en el todavía algo desconocido escenario para los blancos del Etihad Stadium (20:45 horas). El estadio del Manchester City es la primera de las tres últimas paradas que conducen a la Undécima y se antoja más peligrosa por cómo afrontará el encuentro el equipo merengue que por el potencial de los locales, un equipo tanto o más irregular que el Madrid y que se hará más y más grande siempre que los hombres de Zinedine Zidane sufran esas desconexiones tan habituales suyas o decidan especular y no mandar en el campo. Mientras hagan lo contrario, la lógica debería imponerse. El Real es mejor.
Lo malo para el Madrid es que la temporada ha demostrado que uno nunca sabe cómo va a salir cada partido, aunque llegados a este punto el vaivén que ha sido este año, al final, le ha dado al equipo más opciones positivas que negativas cuando sólo restan seis partidos para que termine la campaña. Que después de todo, a estas alturas se puedan ganar Liga y Champions y eso no se considere un auténtico milagro (al menos por la distancia que separa a los blancos del liderato en el campeonato doméstico) es toda una noticia. Aunque, por encima del positivismo que Zidane destila y que han dado los últimos resultados, sobre el encuentro de esta noche pesan dos dudas peligrosas: Benzema y Cristiano Ronaldo.
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