Luis Enrique le está dando vueltas a su futuro como entrenador del FC Barcelona. En sus casi dos años en el banquillo del Camp Nou la Disneylandia a la que se refirió al principio para definir el Barça empieza a convertirse en un calvario para él. Sus relaciones con la directiva están deterioradas tras ser ignorado en el mercado de invierno reclamando el fichaje de Nolito. Luis Enrique entiende que la voluntad de un entrenador que ha ganado el triplete merece ser respetada y considera que no le han concedido el crédito que se ganó la temporada pasada. Sus relaciones con la prensa son más que tirantes. Está convencido de que los medios están confabulados contra él y se siente desbordado por la situación. Y el trato con los jugadores también ha cambiado en los últimos meses, especialmente con los pesos pesados de la plantilla.
En el platillo positivo de la balanza de Luis Enrique sólo existe el apoyo incondicional del público del Camp Nou. Aún así, Luis Enrique tiene decidido desligarse del FC Barcelona a final de temporada si el equipo acaba el ejercicio en blanco, es decir si se pierde la Liga y la Copa. Lo ha estado sopesando y ha llegado a la conclusión de que no hay más salida que esa. Es una posibilidad que no entra en su cabeza, porque está convencido de que llegará el doblete.